Para nadie es un secreto que los eventos deportivos representan para la industria publicitaria un importante motor de crecimiento ante la intención y necesidad de las marcas por acercarse a sus consumidores a través de la pasión y detonantes emocionales que ciertos deportes despiertan entre la afición.
Basta con revisar los números de inversión y audiencias que giran alrededor de celebraciones como el Super Bowl, los Juegos Olímpicos o los mundiales de futbol.
Por ejemplo, la última edición de las Olimpiadas en Brasil contó con más de 5 mil licencias para la promoción de productos con el nombre, logo y colores del evento, mismos que se vendieron en 40 mil puntos de venta autorizados.
Desde plumas, toallas, botón (pins), playeras y demás mercancía se generarían recursos superiores a los 300 millones de dólares en las tiendas de retail en el mundo, según datos de COI. Misma línea sigue el Súper Tazón acontecimiento que es una fuente importante de ingresos publicitarios si consideramos que tan sólo en la última edición, el costo por la transmisión de un spot de 30 segundos durante el juego final de la temporada en la NFL tuvo un costo de 5 millones de dólares, según el propio organismo deportivo.