Con la migración de la publicidad de las principales marcas hacia internet, las redes sociales como Facebook y el motor de búsqueda Google han sido capaz de capitalizarlo, convirtiéndose en los principales canales de comunicación y desarrollo de estrategias, ya que al tercer trimestre ambas compañías ya absorbían el 63 por ciento del gasto global en publicidad, según eMarketer.
Ante el aumento de la publicidad digital, las redes sociales y sitios web han tenido que responder a la demanda de anunciantes, al crear todo tipo de datos e información sobre hábitos de consumo para potenciales compradores, sin embargo, lo que no se cuenta es que los métodos para obtener dicha información en ocasiones no conoce de consentimientos por parte de los cibernautas.
El primer caso fue Facebook, ya que hace unos meses, Wired reportó que la red social extraía información hasta de los fotografías, mostrando que algunos usuarios decidían cambiar su foto de perfil y poner una donde salían con algún jersey de su equipo favorito, y acto seguido, comenzaban a ser bombardeados con publicidad programática sobre productos de la NFL.
Incluso se señaló que Facebook tuvo problemas en Australia cuando obtuvo información de menores de 17 años, para posteriormente armar “paquetes” de datos de 6.4 millones de usuarios y ofrecerlos a potenciales anunciantes.
Ahora, Google parece sumarse a la polémica, ya que según Quartz, Android estaría obteniendo las ubicaciones de sus usuarios, pese a que éstos servicios de ubicación estén desactivados. El caso parece empeorar cuando se señala que las direcciones podrían enviarse a torres de celulares de las compañías de telecomunicaciones y de ahí, directamente a Google. Dicho suceso habría ocurrido durante todo el 2017.
Según parece, todos los smartphones con Android sufrirían el mismo problema, aunque Google rechaza que se trata de Cell ID, sí menciona que recopila datos de ubicación, pero no explica cómo los obtiene.
Previamente, internautas utilizaron Reddit para advertir a otros usuarios de Android que Google tenía conocimiento de la actividad de sus apps, realizando seguimientos de actividad física, incluso cuando el dispositivo estaba offline.