El gobierno de Donald Trump determinó el fin a un programa humanitario que otorgaba a casi 60 mil haitianos tener el estatus de residentes temporales, lo que les permitía vivir y trabajar en Estados Unidos.

Según informan medios estadounidenses, fue Elaine Duke, directora en funciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), quien tomó la decisión argumentando que las condiciones temporales extraordinarias en las cuales se emitieron las protecciones especiales “ya no existen”.

“La decisión de terminar el TPS para Haití se hizo después de una revisión de las condiciones para la designación original del país y si esas condiciones extraordinarias pero temporales impidieron que Haití manejara adecuadamente el retorno de sus nacionales, según lo exigido por estatuto”, dijo el DHS en un comunicado.

La medida afecta a 58 mil 706 haitianos que fueron integrados bajo el “Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés)”, programa migratorio creado en 1990 con el que Estados Unidos concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.

El permiso se les otorgó por la administración de Barack Obama, luego del terremoto de 7 grados en la escala de Richter de 2010 será extendido por última vez hasta julio de 2019.

La decisión desencadenó una clara oposición y cuestionamientos por parte de la comunidad haitiana residente en Florida, Nueva York y otros estados de la ‘Unión Americana’, reporta The New York Times.

No obstante, no se dará marcha atrás y los haitianos bajo este estatus deberán preparar su regreso a Haití antes del 22 de julio de 2019, fecha de la vigencia del TPS para la nación caribeña.

Es importante señalar que la determinación de DHS se da a sólo dos semanas que Estados Unidos también pusiera fin al TPS para Nicaragua, al que están acogidos 5.349 inmigrantes, a los que dio, en ese caso, 12 meses para preparar su regreso antes del 5 de enero de 2019.

El principal argumento para las autoridades es que los estadounidenses se quejan de la falta de puestos de trabajo a causa del exceso de extranjeros en el país, pero lo cierto es que los ciudadanos difícilmente aceptaría o cubrirían empleos bajo las condiciones que les son ofrecidas a los inmigrantes. La razón real, es la política proteccionista emprendida por la Casa Blanca desde la llegada de Trump.