En la actualidad marcas, productos o servicios recurren a alianzas estratégicas con el objetivo de recopilar información acerca del mercado, así como de los patrones de consumo, más allá de ganar expansión en territorios a los que no van dirigidos debido a la naturaleza de los mismos.
A su vez, en las empresas se recurre a mecanismos, en los cuales se investiga a firmas líderes en diversos sectores e incluso a la competencia a fin de adaptar mecanismos que permitan optimizar los procesos al interior de las mismas.
A esta técnica o herramienta de gestión se le conoce como Benchmarking; en estos días el mercado es sumamente competitivo, por lo que el análisis y comparación brinda ventajas en áreas fundamentales, como lo es el nivel de calidad y la productividad se beneficiarán al adoptar medidas que propicien mejores continuas, lo que derivará en un valor agregado al producto o servicio, que además, reposicionará a la compañía.
De igual modo, este mecanismo se aplica al interior de las firmas, en aquellas que son de gran tamaño y que cuentan con múltiples áreas, ya que se busca replicarse la operación del departamento con el mejor desempeño en aquellas que presentan debilidades.
La primer empresa que implementó este método fue Xerox a inicios de la década de los 80 tras la irrupción de otras firmas en el negocio de las fotocopiadoras en Norteamérica; para lograr su reposicionamiento en el mercado, analizó procesos, materiales, productos así como métodos de la japonesa Fuji, luego de detectar sus puntos débiles, realizó los cambios pertinentes que le derivó en el perfeccionamiento de sus procedimientos de forma sistemática.
Con el paso del tiempo se perfeccionó este método de comparación y se segmentó para un mejor aprovechamiento de los procesos de análisis y comparación, mismos que a continuación te presentamos.