Normalmente la relación jefe-empleado tiene altibajos, no obstante, el último sondeo del Trust Barometer, de Edelman, señaló que las compañías tienen problemas de confianza, ya que más de la mitad de los empleados “no confían en sus jefes”, además de que el 60 por ciento de ellos dijeron sentirse preocupados por perder su empleo.
Según Edelman, menos de la mitad de los empleados del sondeo “tienen mucha confianza” en sus jefes actuales, un 46 por ciento, lo cual provoca que los empleados se sientan menos comprometidos, sin embargo, es un problema global que enfrentan las compañías. Y es que factores como la compensación injusta de empleados, oportunidades desiguales, falta de liderazgo, rotación, o ambiente de trabajo no propicio para la colaboración, provoca que éstos “no sientan confianza”. Entre las recomendaciones para los jefes, destacan:
Hacer un inventario. El primer paso es realizar uno sobre habilidades y recursos, ya que requieres la capacidad de observación y brindar una mayor confianza a los demás para obtener los mismos resultados. Los jefes tienen por deber evaluar honestamente qué tan confiable son como líderes y analizar dónde necesitan construir sus propias habilidades. Asimismo, un directivo deberá cumplir sus promesas, proporcionar seguridad laboral, así como compensar de forma justa y con beneficios, comunicarse abiertamente y fomentar la confianza.
Explica lo que puedes. Un ambiente de confianza ayuda a los empleados a mantenerse comprometidos y seguros para contribuir más. Sin embargo, si sientan que comparten ideas y mejoras que van al vacío, no continuarán haciéndolo por mucho tiempo. Por ello, es importante que los líderes brinden comentarios y explicaciones siempre que sea posible, sobre una mejora o una iniciativa, así como tratar de encontrar alternativas o un plan para que esto suceda en el futuro, ya que si las personas no se sienten escuchadas, es probable que sus necesidades no se cumplan.
Aclarar cualquier proceso. Otra barrera para la confianza es cuando los empleados sienten que no tienen información o control sobre cómo opera la compañía. Y es que cuando las políticas de la empresa e incluso la seguridad laboral de un empleado se sienten sujetas a fuerzas arbitrarias, será difícil inspirar confianza. Para ello, un jefe necesita comunicar expectativas claras para el desempeño laboral, así como los procesos de tiempo libre, licencia para enfermedad y otras áreas que puedan ser necesarias para el equilibrio laboral.
Enfoque en las relaciones. Los mejores jefes ayudan a sus empleados a crecer, desarrollarse y hacer una contribución positiva. Y es que las personas suelen confiar cuando sienten libertad, así como pluses tipo capacitación, nuevas habilidades y roles. Un directivo debe ser empático.
Trabajo en inclusión. Las personas se llevan lo mejor de sí mismas al lugar de trabajo cuando sienten que es seguro hacerlo. Un jefe necesita trabajar para hacer que la cultura de su compañía sea inclusiva, donde se valoren diferentes puntos de vista, experiencias y fortalezas. Los directivos más efectivos actúan de manera respetuosa y auténtica, ya que ven las interacciones con cada empleado como una oportunidad para generar confianza.