El sarampión era una enfermedad controlada en casi todo el mundo, pero los movimientos antivacunas están cambiando el panorama. En lo que va del año, Italia registra el peor rebrote de la enfermedad en 50 años, con 4.400 casos confirmados entre enero y agosto, tres de ellos con resultado de muerte para el paciente.
Los datos son oficiales y pertenecen a un reciente estudio de la World Health Organization.
“La situación preocupa seriamente a Europa, porque Italia está viviendo una epidemia de sarampión que no sólo multiplicó los casos, sino que está hospitalizando a cuatro de cada diez niños afectados”, analizan en Buena Vibra con información de Reuters.
El mayor problema es que el rebrote se produce por la falta de vacunación, ya que el en 89% de todos los casos no estaban vacunados y un 6% más sólo había recibido la primera dosis de la vacuna.
¿Por qué pasa esto si se trata de un país ampliamente desarrollado de Europa, con buenos estándares de salud como Italia? Los movimientos antivacunas están ganando terreno.
A los enfermos en Italia hay que sumar más de 500 casos en Alemania y 6.400 en Rumania.
“El brote afecta a 20 de las 21 provincias de Italia, aunque el 90% de los casos se concentran en sólo 7. La región del Lazio, en el centro de Italia, es la que más casos ha sufrido: unos 270 hasta finales de agosto, cuando datan las últimas cifras oficiales”, dice Xataka, y contrasta con la recomendación de la OMS de la necesidad de una tasa de vacunación mínima de la población de un 95% para bloquear y detener una epidemia.
En retroceso
En Italia van a contramano. Las cifras oficiales de vacunación van, año a año, cayendo: fue del 88% en 2013, del 86% en 2014 y del 85,3% en 2015. “Un campo perfectamente abonado para la expansión del sarampión”, analizan los especialistas.
Por un lado, la no obligatoriedad de la vacunación en algunos países está siendo un problema. Por otro, el crecimiento de los grupos anti-vacunas (que aseguran que el cuerpo genera los anticuerpos necesarios y que las vacunas son un veneno para el organismo). Y finalmente, la debilitación de las campañas de bien público y publicidad social en favor de la vacunación.
En algunos países, como Alemania y Francia, han vuelto a poner como condición obligatoria la vacunación a la hora de escolarizar a los niños, algo que es común en la casi totalidad de Latinoamérica, pero que en Europa se había relajado.
Esto hizo Italia en mayo, obligada por las circunstancias. El Gobierno no tuvo más remedio que legislar en este sentido haciendo obligatorias una docena de vacunas para todas las escuelas del país.
En Alemania, obligan a las guarderías a informar de los padres que no vacunan a sus hijos.
En Italia en particular señalan como culpable al movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo. Este movimiento propuso una ley contra la vacunación a causa de “la relación entre las vacunas y enfermedades específicas como la leucemia, el envenenamiento, las inflamaciones, la inmunodepresión, las mutaciones genéticas hereditarias, el cáncer, el autismo y las alergias”.