La publicidad sin marca, unbranded advertising, se compone de mensajes que no se vinculan directamente a un producto o compañía, ni a servicio alguno, puesto que su requisito indispensable es hablar de un nombre sin mencionarlo, o se nombra sin logotipo de una empresa. En realidad es una práctica que adoptaron algunas agencias o firmas desde hace años, cuando aceptaron que el contenido de sus redes sociales era abrumador.
De acuerdo con Business Grow, las marcas encuentran en el contenido sin marca, unbranded content, una fórmula para involucrarse lo suficiente con sus consumidores, mediante una estrategia de marketing digital pero sin nombre, ya que una compañía se centra en la creación de confianza con sus clientes potenciales, no en generar tráfico a su sitio web. La tendencia será que el contenido sin marca evite mencionar algún producto o servicio, que será difícil identificar al responsable detrás de la campaña, pero los esquemas publicitarios surgirán a partir de los siguientes aspectos:
Contenido sin marca cuando la marca es imposible. Esta táctica es efectiva para algunas marcas de ciertas industrias, como la farmacéutica, donde algunas compañías tienen restricciones sobre lo que pueden decir de sus productos, y han encontrado en el unbranded content una solución, sobre todo para las soluciones médicas que contienen algún tipo de droga restringida o bajo receta.
Contenido sin marca como un momento de conversación. En este caso, las marcas buscan crear momentos de conversación con sus clientes cuando tienen un bajo presupuesto publicitario. Algunas compañías producen o costean producciones cinematográficas, cuyas historias tengan que ver con su marca. En la mayoría de casos, estas películas o cortometrajes son exclusivas para redes sociales o Youtube y suelen volverse virales. Esta estrategia suele ser utilizada por marcas de ropa o de moda.
El contenido sin marca suele poner el foco en el contenido, la historia, el espectador, menos el producto. Y es que entre las prácticas que más utilizan las compañías, destacan:
- Agregar valor al estilo de vida del consumidor
- Apelas al contenido emocional, con historias curiosas que generen simpatía en el público
- Crear una estrategia que genere impulso, no solo ventas