Recientemente, los especialistas en mercadotecnia están viendo éxito en el Content Marketing. A medida que exploran mejores formas de trabajar creativamente, actuar de acuerdo a las emociones de los consumidores genera un incentivo necesario para lograr una mejor conexión y fidelidad.

80 por ciento de los esfuerzos destinados en este tipo de estrategia se orienta a la construcción de audiencias, lo que representa un aumento del 18 por ciento respecto al año anterior, de acuerdo a un estimado de MarketingProfs. 

Esto es lo que se puede destacar respecto a su implementación:

Formador de audiencia y comunidad

¿Por qué es importante la construcción de audiencia para hacer contenido? Porque el público y la comunidad pueden ser uno de los activos más valiosos para la marca. El objetivo del content marketing es otorgar información valiosa para que la gente se interese y se suscriba a la base de datos para recibir su contenido.

Un cliente potencial es alguien que divulga información a cambio de una pieza de contenido u otra cosa de valor. Un suscriptor es alguien que se registra para recibir comunicación de forma regular porque este cree que tiene algo valioso que ofrecerle. El hecho de que las estrategias actuales sean más emocionales provoca que se elabore una mercadotecnia de contenido proyectada al siguiente nivel. Es decir, a que se vincule directamente con los usuarios.

Proyector de creatividad

De acuerdo al Content Marketing Institute, 88 por ciento de las estrategias valoran la creatividad en la producción de contenidos. El proceso es clave para que su equipo tenga tiempo suficiente para ser creativo.

Si bien lleva tiempo configurar los diferentes procedimientos que se necesitan, funciona para adaptarse al cambio de la conversación sobre qué, cómo, para qué y a quién se está realizando el contenido.

Descontinuar actividades ineficaces

Se debe estar seguro de que se está trabajando en las cosas correctas. Elaborar una estrategia de contenidos de acuerdo a lo que no produjo calidad puede restar el valor al trabajo que se está realizando. Incluso si esta se hizo y no llegó de forma cercana al objetivo planteado.

Alinear los procesos de realización con estándares más centrados puede indicarte qué funciona, qué se puede desechar y qué se debe modificar.