La corrupciĂłn no es gratis para los que no forman parte de su entramado. Un buen ejemplo es Ă©ste en Brasil, donde siete plantas del gigante cárnico JBS, el mayor frigorĂfico del mundo, fueron cerradas esta semana debido a la paralizaciĂłn de activos de la empresa por parte de la Justicia. Consecuencia: 15 mil trabajadores sin empleo.
El caso de la OperaciĂłn “Carne Fraça” (carne dĂ©bil, en portuguĂ©s) fue una investigaciĂłn que descubriĂł que los mayores frigorĂficos del paĂs pagaban sobornos para exportar carne vencida o en mal estado, la “maquillaban” para hacerla pasar por buena (entre otras estafas) en connivencia con los responsables de controlar en el Estado.
El escándalo paralizĂł la industria, que representa casi el 7,5% de los envĂos al exterior (unos 11.600 millones de dĂłlares) de Brasil, el principal exportador de carne del mundo, y el segundo productor despuĂ©s de los Estados Unidos.
Ahora, seis meses después y tras el congelamiento de activos por US$ 230 millones, JBS, uno de los grandes implicados, cerró siete plantas por problemas tributarios en el estado de Mato Grosso do Sul.
En un comunicado, la compañĂa informĂł que “las plantas frigorĂficas permanecerán cerradas hasta que se resuelva el tema tributario, que involucra las operaciones de las siete plantas que emplean alrededor de 15.000 empleos directos y 60.000 indirectos”. La empresa destacĂł que, por ahora, seguirá pagando a sus empleados como lo hace normalmente, hasta ver cĂłmo evoluciona la situaciĂłn.
La responsabilidad de JBS en el caso es enorme. De hecho, los hermanos Wesley y Joesley Batista, dueños de la empresa, “confesaron que en los Ăşltimos años pagaron sobornos por 600 millones de reales a polĂticos de 28 partidos a cambio de favores, además de propiciar cargos de corrupciĂłn contra el presidente brasileño, Michel Temer (especĂficamente Joesley Batista fue quien grabĂł la conversaciĂłn en la que el presidente de Brasil avala la compra del silencio de un diputado preso por el tema de Lava Jato)”, publicĂł El Cronista.
Por el debilitamiento, JBS debió vender activos en Argentina, Paraguay y Uruguay. En Argentina, era dueña de la marca Swift y de Cabaña Las Lilas, pero en el nuevo escanario de crisis, la vendió a su competidora Minerva Foods por US$ 300 millones. La misma empresa, también brasileña, se quedó con las operaciones de JBS en Paraguay y Uruguay.