Las marcas de comida rápida han logrado crear experiencias alrededor de sus alimentos, provocando toda una serie de reacciones entre los consumidores, magnificadas por el uso de las redes sociales.
Pensemos en lo que ocurrió con el lanzamiento de un pequeño plástico con el que McDonald’s convertía en tenedor sus papas a la francesa.
La creativa estrategia que convierte a las papas a la francesa en tenedor, es un recurso que ha llevado a marcas como KFC a crear un barniz con sabor a pollo frito o a Burger King a inventar un perfume con olor a carne a la parrilla.
Ahí radica el poder de los productos de las marcas de comida rápida, en la reputación con la que cuentan en el mercado, que les da la oportunidad de extenderse a otros segmentos promocionales, de la mano de campañas publicitarias.
Un nuevo caso que se ha sumado a eta tendencia lo ofrece Pizza Hut, con el lanzamiento de una chamarra hecha con el mismo material de sus bolsas para Pizza, en una acción que forma parte de su campaña publicitaria, con la que busca interactuar en mayor proporción con el consumidor.
La creatividad con que se ejecuta la publicidad ha buscado la creación de experiencias para ganar la atención de los consumidores, al lograr mayor visibilidad para sus marcas, a través de productos que están alternando a la gran cantidad de contenidos publicitarios que se generan y que de cierta forma han vuelto inertes a los consumidores.
Esto ha obligado a las marcas a invertir en la economía de la atención, una medida que logra inversiones adecuadas, atrayendo el interés del consumidor a través de factores creativos que llevan su mirada con productos en los que al final de la experiencia descubren a la marca.