Jefe y líder no son sinónimos. Una persona a cargo de un equipo tiene la responsabilidad de comprender a la perfección de qué va el liderazgo.
Al ser una práctica determinante en aspectos como la productividad de una compañía, el liderazgo es un aspecto que debe atenderse como prioritario.
Es por ello que el líder debe evitar prácticas poco efectivas, como las siguientes formas en las que terminaría con la motivación de un equipo:
- Tener preferencias. Un verdadero líder sabe que esto únicamente derivará en la desaprobación del resto del equipo.
- No reconocer los triunfos. Una vez que un empleado logra algo, lo peor que se puede hacer es colgarse del triunfo.
- Realizar reuniones inútiles. Hacer perder el tiempo a los demás derivará en el tedio de reunirse con el líder en cuestión y en poca productividad.
- Descartar las ideas de los demás. Cada idea es un posible elemento que enriquece la práctica del profesional, no sólo las ideas de quien encabeza el equipo son válidas.
- Hacer comentarios inapropiados. No es propio dirigirse a los demás con demasiada confianza pues al final se trata de una relación laboral.
- Abusar del poder. Esto ha derrumbado al directivo más alto de una compañía, tal es el caso del cofundador de The Weistein Company, Harvey Weinstein, quien enfrenta varias acusaciones de mujeres que lo señalan por acoso durante casi 30 años.
- No mantener tu palabra. El líder debe ser capaz de cumplir lo que promete a modo de dar ejemplo a su equipo.
- Querer tener control de todo. Esto sólo muestra que no tiene la capacidad de delegar.
- Enfocarse sólo en los errores.
- Imponer fechas de entrega poco realistas. Hay que planear el cumplimiento de objetivos con anterioridad.