Por Luis Miguel Martínez
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@lmuia
El paradigma por excelencia de la mercadotecnia clásica son las conocidas 4 P’s, que representan la mezcla de los cuatro parámetros básicos en el diseño para un plan de mercadotecnia. ¿Cómo se modifica este paradigma clásico ante las oportunidades que nos brindan las tecnologías de información y comunicación?
En los años sesenta, en plena época hippie y flower-power surge la cultura que inspira el desarrollo de internet y de la web social; se consolida el modelo de mercadotecnia orientada al producto, más famoso y más nombrado: las 4p. Al mismo tiempo, en cocheras de las colinas californianas de Palo Alto, se creaba la tecnología más avanzada de nuestros días. Hewlett y Packard inspiraron a diversos jóvenes, quienes crearían empresas como Apple o Adobe, y algunas otras, capaces de transformar el mundo y sus industrias /*lo g33k se tornó s3xyY*/. ¿Cómo cambiaría este escenario de innovación los paradigmas del marketing clásico, el de las ventas tipo Avon?
Internet (telaraña de máquinas interconectadas), se convirtió en un nuevo tablero de juego; la web vino a facilitar la entrada de nuevos productos, nuevos servicios y claro, nuevos contrincantes. A pesar de los experimentos publicitarios de Yahoo! y las advertencias entre los usuarios y desarrolladores, Google transformó el mercado en internet para siempre, ad per click y ad-sense aparecieron en los diccionarios. Se consolidó el paraíso mercadotécnico. Las escalas cambiaron: de cientos a millones, de segundos a milisegundos, de países a continentes; sin embargo, los modelos de marketing no cambiaban. Seguimos pensando hoy en día ¿si deberíamos hablar de 7 o 4 P’s? En este nuevo mercado de exigencias, el tiempo es escaso hasta para lavarte los dientes. /*por eso tenemos cepillos más rápidos y productos químicos más potentes*/ Sólo nos queda tiempo para concentrarnos en una Quinta P, luego podremos pensar en n+1.
Día a día, esta “P” se redefine en el ciberespacio. Primero llegó el producto electrónico hecho de letras, sonidos o imágenes digitales. Poco después, el posicionamiento global para atender mercados variados y distantes. La web y sus posibilidades, transforman los modelos de producción. Hoy, la Quinta P somos todas y cada una de las personas, tal como en los primeros días de internet. Somos los que formamos comunidades en línea, los que creamos y generamos contenidos, capacidades y destinos digitales más o menos lógicos para alimentar blogs, /*Blogspot, wordpress*/ redes sociales, /* Facebook, MySpace*/ y microblogs /* Twitter */sitios web, enviar y recibir correos electrónicos, y así, aprovechar las aplicaciones de nuestras poderosas máquinas que llevamos colgadas dentro de una mochila de lona al hombro.
En tanto la web sea social y semántica, la Quinta P seremos todos aquellos que damos sentido al moderno motor llamado internet. ¿Has pensado en que tu plan de mercadeo podría cambiar?
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**Luis Miguel Martínez C. es ingeniero electrónico y en comunicaciones por la Universidad Iberoamericana, Santa Fe. Con estudios de Posgrado en la Universidad de Brunel, Reino Unido. Coordinador del proyecto de convergencia digital en el departamento de comunicación de la UIA. Investigador de tiempo completo sobre el impacto de la tecnología en la educación, la comunicación y la sociedad. Autor de diversos artículos científicos y miembro de diversas sociedades profesionales.
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