El concepto de inbound marketing fue acuñado por Brian Halligan, cofundador y CEO de la compañía de software de marketing HubSpot, en 2015, y se compone de tres elementos esenciales: marketing de contenidos, estrategias SEO y acciones en redes sociales.
Sin embargo, este va más allá de sus elementos, se compone principalmente de cuatro pilares que llevan a conseguir cinco objetivos en la práctica, algo que el mercadólogo debe atender.
El primer objetivo parte de los extraños para la marca, aquellos a quienes hay que atraer, el primer pilar puesto en práctica. Esto se logra por medio del sitio web con contenido específico, palabras claves, medios sociales o blogs.
De ahí los extraños llegan a ser visitas, que deben convertirse en el tercer objetivo: leads. Estos leads llegan luego de implementar el segundo pilar, el convertir, que sólo se puede conseguir por medio de formularios, contactos, landing page, etcétera.
El tercer pilar es cerrar, para llegar al cuarto objetivo: clientes. En este punto es útil la integración con CRM, workflows e incluso hacerlo por medio del e-mail. Todo con el objeto de convertir esos clientes en promotores de la marca.
El cuarto y último pilar es por ello deleitar a los clientes para que se hagan promotores, ¿cómo lograrlo? puede ser por medio del contacto en redes sociales, workflow, llamados a la acción, entre otros medios efectivos.