Si bien es cierto que todos buscamos planificar las jornadas diarias, lo cierto es que una buena gestión de tiempo no siempre conlleva un plan, debido a los inconvenientes que pueden surgir todos los días.

De acuerdo con Business Grow, la mayoría de los profesionistas o personas con un alto grado de tareas diarias caen en el concepto “falacia de planificación”, que es la tendencia a subestimar cuánto tiempo se necesitará para completar una tarea de forma realista y sin procrastinar.

En especial, los mercadólogos son aquellos quienes enfrentan desafíos diarios con múltiples labores, que van desde vender, diseñar estrategias de marketing, gestionar esquemas de publicidad, relaciones públicas, entre otras asignaturas que requieren plazos, o bien, asumir consecuencias, ya que el tiempo real es cotidiano.

Entre las razones por las que ocurre la “falacia de planificación” es porque no se utiliza las experiencias pasadas positivas para planificar, es decir, el sesgo del optimismo hace creer que los plazos se producirán en los mejores escenarios.

Para evitarlo, se deberá pensar “a gran escala”, en comparación con las acciones reales paso a paso para hacer algo. El sesgo de optimismo dará falsas expectativas de un “vaso medio vacío” y que es suficiente para un trayecto. De igual forma, es necesario una planificación más deliberada y quizá algunas herramientas cuando las tareas son demasiadas.

Asimismo, la falacia de planificación suele caer en exceso de optimismo, que evita que las personas piensen en los detalles de sus pendientes, por lo que al planear un proyecto, es necesario utilizar la línea de tiempo de un proyecto pasado y elaborar una lista de las “cosas que podrían salir mal”.

Entre las herramientas que podrían ser útiles para evitar este problema, destacan: El bullet journal, una herramienta complementaria para el día a día, un tipo de agenda electrónica. GanttProject es otra aplicación gratuita que permite crear gráficos y mapas mentales, e incluso de carreteras. La regla 1-2-5 sirve para concentrarse en una cosa grande, después, 3 cosas medias, y finalmente 5 cosas pequeñas.

La técnica pomodoro consiste en dedicar 25 minutos diarios de atención a tareas importantes, con la ayuda de esta herramienta, al igual que Eisenhower Matrix, otra plataforma de gráficos sencillos que te ayudarán a decidir qué es realmente importante y qué no.