Una de las formas más antiguas de hacer ofrecer información consumidores es mediante volantes, también conocidos como flyers o panfletos.
Incluso en algún momento las compañías consideraban como genial una estrategia que incluyera un lanzamiento desde avionetas o en lo alto de los edificios para una distribución más rápida.
En ese momento es que se desarrolló también el Box Mailing, en el que los folletos u otros elementos, por lo general sin sobre y siempre sin dirección, se introducían en los buzones instalados en los portales de los edificios, generalmente seleccionados según distritos y calles.
Sin embargo, esa falta de personalización, ha causa do el cuestionamiento de su calidad y al ser una práctica recurrente, de su efectividad.
En la actualidad, algunas PyMEs continúan con la práctica del Box Mailing, aún cuando las redes sociales han tenido un auge en las estrategias de marketing precisamente por su baja inversión.
Sin embargo, las plataformas son medibles y el Box Mailing carece de ese beneficio que en la actualidad es trascendental.
Aún con esto, la tecnología les brinda un nuevo aire, el de la geolocalización, ya que una vez determinada el área a cubrir, gracias a datos obtenidos por medio de apps como Uber o Cabify, por ejemplo, los estrategas puede determinar exactamente en qué lugar realizar Box Mailing.
Cabe mencionar que en mercados como el francés, la geolocalización móvil fue una herramienta que logró mayor demanda dentro del segmento de consumidores de entre 18 y 24 años, seguido de otro segmento (47 por ciento) de entre 25 y 39 años, según CRÉDOC.
Ante esto, incluso marcas como Pizza Hut consideran que se debe apostar por él, aunque con un toque creativo que impulsa aún más su efectividad, tal es el caso de las alfombras que entregó por medio de esta práctica.
Así, valdría la pena apostar por esta práctica siempre que se integre la tecnología adecuada y con creatividad por delante.