Destacar y mantener un puesto de liderazgo en el mercado actual es una tarea titánica. La democratización del acceso a nuevas tecnologías parece ser el gran culpable.
Hoy las grandes batallas por conseguir la preferencia del consumidor no se libran en términos del tamaño de una empresa o la antigüedad de una marca. Estos aspectos pueden relevancia frente a organizaciones nuevas que han encontrado caminos sumamente rentables para encontrar más y mejores opciones de uso a los avances que la era tecnológica trajo consigo. La innovación y pensamientos asimétricos de negocio son la mejor llave para competir.
En la actualidad vemos como marcas como Uber, Netflix, Airbnb o Tesla han logrado capitalizar esta premisa para convertirse de simples desarrollares de productos a creadores de nuevas categorías, situación que además de abrir un abanico de opciones mucho más interesantes y diversas para el cliente final, supuso un descontrol para inversionistas y analistas financieros al momento de definir sus proyecciones o decisiones de negocio.