Si bien perder un empleo siempre es un reto inesperado, lo cierto es que es una oportunidad para diseñar el portafolio profesional y poner en práctica tu marca personal ante las nuevas ofertas laborales o para iniciar un negocio.

Mientras los empleados promedio suelen hacer poco para cambiar sus condiciones laborales, por creer que podrían ser despedidos, lo cierto es que hay situaciones que no pueden controlar, como la quiebra de una empresa o una nueva adquisición. Para prevenirse, el capital humano debe aprender a identificar las siguientes señales para prepararse ante un eventual despido o liquidación.

Extrañas reuniones de nivel ejecutivo. Las reuniones ejecutivas se suman por decenas cuando aparentemente nunca solían hacerlas, e incluso las áreas de recursos humanos asisten a las juntas o a nuevas entrevistas de trabajo.

Congelamiento de pagos. Es una mala señal en cualquier compañía, cuando las empresas no tienen solvencia y comienzan a retrasar liquidaciones y pagos.

Los clientes o inversionistas se van. Si los patrocinadores comienzan a irse, tal vez el empleado debería pensar en una salida, como que cualquier compañía no puede sobrevivir sin ingresos.

Cambios en la visión corporativa. Cambiar de giro radical en la visión y misión de la empresa puede ser un indicador de reestructuración o falta de recursos para operar.

Fuga de talento. Si los compañeros o trabajadores estrella salen de la compañía, sus lugares tardarán en llenarse, lo cual puede ser una mala señal de que no hay dinero para reemplazarlos o que el resto del equipo pronto podría ser eliminado.

Proyectos pospuestos sin explicación. Si las asignaciones se posponen o se caen es momento de tomar nota, ya que todos necesitamos un proyecto para poder trabajar. Puede ser una señal de que la compañía sabe que “no hay futuro”.