París (Francia).- Hace apenas un día, los ciudadanos y turistas de París se sorprendieron ante la imagen de una ballena encallada en pleno río Sena de la capital francesa. Resulta que la ballena no era real y que se trata de una acción de ambient marketing para concienciar sobre la importancia de frenar el cambio climático.
La acción ha sido creada por el colectivo belga “Captain Boomer” y la ballena fue arrojada por varios hombres equipados con overoles blancos que arrojaban agua sobre la falsa ballena de 15 metros de largo que apareció al borde del río parisino, a pocos metros de la Catedral de Notre Dame.
La ballena de “Captain Boomer” fue instalada con la complicidad de las autoridades de París y no es la primera vez que este colectivo realiza una acción de ambient marketing de este tipo ya que, desde que el colectivo se iniciara en 2007, ha realizado acciones similares en otras ciudades como Londres y Valencia.
Según “Captain Boomer”, la ballena constituye una “metáfora gigantesca de la desregulación del ecosistema” y la intención artística, en este caso de ambient marketing, se une a la dimensión educativa, ya que el grupo, además, cuenta con el apoyo de varios expertos reales.
Muchos serán los que se pregunten qué tiene que ver la ballena con el cambio climático pero lo cierto es que el aumento de las temperaturas impacta, de forma directa, en los océanos. Según IFAW (Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales, si se traducen sus siglas al español), los cetáceos se enfrentan a la pérdida de las fuentes de alimentos, cambios en la cadena alimenticia de todo el océano y, además, habría que sumarle el impacto en las rutas migratorias y las consecuencias de sus lugares de crianza.
Lo cierto es que aunque esto es una metáfora, en encallamiento de ballenas es algo real. Por ejemplo, a inicios de este año, un total de 416 ejemplares de una especie conocida como ballena piloto quedaron varados en las costas de Nueva Zelanda.