Dentro de los objetivos que tiene la mercadotecnia política se establece que se deben buscar los canales adecuados para que el funcionario logre que sus acciones, declaraciones y ejecuciones generen, además del bienestar de la población, un vinculo entre la ciudadanía y su gobernante; por lo que las decisiones que tome tanto al interior como al exterior de su territorio repercutirán en su nivel aceptación, lo que reditúa en votos.
En la actualidad hemos sido testigos de como la clase política se ha ido diversificando, se crea un engagement con las personas a través de personas que carecen de filiación política (independientes), candidatos de menor edad, así como de una mayor igualdad en cuanto al género se refiere.
La preparación política, los proyectos para desarrollar una mejor comunidad, o atender de mejor forma un problema público han pasado de lado para darle importancia a la fabricación de una imagen que pueda provocar la alternancia; esto responde, en parte, al hartazgo de la gente hacia un partido político y su falta de resultados.
Se ha vuelto común la aparición de personajes exitosos en otros rubros como los negocios, los deportes y los espectáculos, quienes carecen de los “vicios” de la clase política, y que además resultas más agresivos en sus discursos y menos correctos.
Sin embargo, el júbilo que procede a una victoria electoral está pasando rápido en poblaciones que recientemente han celebrado comicios presidenciales, la necesidad de resultados tangibles propicia que el margen de ejecución sea menor.
La popularidad del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha caído 10 puntos porcentuales en menos de dos meses al frente de la administración, así lo dio a conocer el semanario Le Journal du Dimanche.
Según el medio, este descenso en la aceptación se debió al desencuentro entre el ejecutivo federal galo y el ex jefe del Estado Mayor del Ejército, Pierre de Villiers; quien dejó su cargo debido al recorte de 850 millones de euros que serían destinados para el Ministerio de Justicia en este año.
Este retroceso es el segundo mayor que se tiene registró en el país europeo desde el declive de Jacques Chirac, entre mayo y julio de 1995, de acuerdo con Le Journal du Dimanche.
Problema internacional.
Del otro lado del mundo sucedió un efecto similar, con mucha mayor inmediatez, apenas ocho días después de asumir la presidencia, Donald Trump fue desaprobado por los estadounidenses de acuerdo con la firma de análisis Gallup. Como medida de comparación, la gestión de Barack Obama fue desacreditada tras 936 días, en tanto, George H W Bush ostenta un récord con mil 336 días con calificación positiva.