Winnie the Pooh, conmocionó redes sociales a inicios de año con la celebración de su día, por medio de tendencias como #winniethepoohday y winnie the pooh, alcanzando picos de 12.5 millones de cuentas y 17.6 millones de impresiones, de acuerdo con datos de TweetReach.
Su poder de convocatoria es tal que diversas marcas como Mattel o Nabisco han acudido a él, por ello el Gobierno de China ha decidido censurarlo.
Y es que el personaje animado ha tenido impacto en la marca personal del presidente chino, Xi Jinping, por medio de memes.
Winnie the Pooh Xi Jinping Presidente chino y Tigger Obama Juntos pic.twitter.com/UhM9Jk2zOS
— ELECTRICO 18 (@EDWARD_7248) 15 de junio de 2013
Aunque la censura comenzó desde 2013, ha sido reforzada en días recientes, debido a que las autoridades considerarían que Pooh daña la imagen del Primer Mandatario.
Qiao Mu, profesor de medios en la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, dijo al Financial Times que:
Históricamente, dos cosas no han sido permitidas en China: organizaciones políticas y acciones políticas. Este año ha sido añadida una tercera a la lista: hablar del presidente
Y esto incluye sobre todo a Pooh, pues basta con recordar que la imagen más censurada en 2015 fue la del Presidente al lado de un coche, comparada con el oso, según la consultora política Global Risk Insights.
Por ello, WeChat impide las imágenes de Pooh; de hecho en otra red social, Sina Weibo, al nombrarlo, el usuario recibe un mensaje con la leyenda: “este contenido es ilegal”.
Las autoridades chinas probablemente intentaron que la imagen se volviera viral en aquel país; sin embargo, en el resto del mundo ahora lo son, luego de la censura.
Los mandatarios conocen el poder que tienen actualmente las plataformas en las estrategias de marketing, más aún en las de mercadotecnia política, sobre todo después de que Twitter jugó un papel fundamental en la estrategia del presidente Donald Trump, hasta llevarlo a la Casa Blanca.
Por ello, quienes cuidan la marca personal del Primer Mandatario chino, saben que las plataformas no sólo impulsan la imagen de los políticos e influencers, sino que también conocen su poder para jugar en contra, sobre todo tratándose de un personaje tan popular como Winnie Pooh.