Cada vez que platico con cualquiera de mis colegas Directores de Agencia, me platican esas historias de desencuentros con sus clientes. En ocasiones entiendo sus inconformidades, trabajar con personas es impredecible, sin embargo me pregunto cómo encontrar la manera de superar el efecto aleatorio, cómo planchar las dudas y evitar las suspicacias.
De igual manera, como efecto contrario, hay tantos clientes que me platican situaciones incómodas con sus proveedores de la industria creativa. La mayoría de estos comentarios van enfocados a la falta de compromiso con los tiempos de entrega, así como también, relatan la poca cultura del servicio al cliente. Lo cierto es que cada proyecto es un reto que requiere colaboración de ambos lados. Estos tips pueden ayudarte a construir relaciones profesionales más sólidas.
Trabajar bajo procesos
El desorden produce ansiedad, un ejemplo tácito es cuando se asiste a un evento en donde tardan horas en servir la comida, no conoces a nadie y los meseros son malos para atenderte. Algo así puede estar sintiendo tu cliente si no has aclarado cómo y cuándo vas a administrar su proyecto. Es tan importante marcar el itinerario de compromisos, así como también, produce confianza recibir la nueva cuenta con un ritual de bienvenida. Para ser prácticos, tener un cliente es organizar dos equipos de trabajo, el interno y el externo; la fluidez depende de la claridad en los procesos, obligaciones y fechas de compromiso.
Hablar del proceso habla de la relevancia de la entrega
En ocasiones las personas tienen la percepción de que nuestro trabajo estratégico-creativo es fácil, instantáneo o barato. Para combatir esa idea debemos hablar del valor de nuestras entregas, resaltar los resultados haciendo fundamento en lo cuantitativo más allá de las percepciones. Son mejores clientes quienes han superado la ignorancia y pueden visionar los efectos de una buena alianza con un equipo de expertos.
Definir los alcances
Es normal que el flujo de trabajo te lleve a requerir más soluciones, en ocasiones sucede que estás en un restaurante, han cerrado tu cuenta, pero se te antoja ordenar algo más, ¿Alguien supone que el café es gratis?, por supuesto que no. Igual que este ejemplo, siempre deben dejarse claro las entregas, puntualizar lo adicional y ponerle valores numéricos; en creatividad, el tiempo es dinero.
Saber cuándo hay que volver a empezar
Esta industria es tan dinámica que cambia todos los días, hay retos que suceden sin darnos cuenta, es primordial tener capacidad de adaptación y reacción rápida. Es de sabios identificar cuándo hay que volver a empezar con un cliente. No es tiempo perdido hacer rituales de bienvenida, ofrecer espacios de diálogo, explicar los procesos, platicar intereses en común; los negocios de basan en relaciones humanas; es fundamental buscar puntos de coincidencia.
Por último, la industria creativa es un eslabón muy valioso para la economía del país, la mejor forma de fortalecernos es crear cadenas de mentoría, si quieres abonar a tu futuro, ayuda a alguien más joven a superar los retos que tú ya superaste. Gracias por leerme, hasta el próximo martes.