Una crisis económica o de marca representa para una empresa la oportunidad de innovar y “salir de la caja”, o bien, puede significar su muerte corporativa prematura, ya que dependerán factores como la reputación para sobreponerse y reinventarse.
Un análisis de ERDM refiere que las marcas deben crear en todo momento una cultura donde la medida del éxito sea la respuesta de sus clientes, y para lograrlo deben tener una buena relación con ellos, lo cual evitará que la compañía cree su propia versión de “realidad de mercado”.
Además, los directivos de las marcas deben asegurarse que los empleados se preocupen apasionadamente por el éxito de los clientes y tomen las decisiones basadas en ellos, ya que eso significa un crecimiento sostenible de la empresa. A continuación, algunos de los aspectos que comparten las compañías que salieron a flote en tiempos de crisis.
Uno. Satisfacen una necesidad definida, es decir, el engagement no solo funciona para mantener a los clientes felices, sino de una labor conjunta donde unos adquieren un producto que es parte de una necesidad. Según parece, el éxito depende en gran medida de entender lo que la gente necesita.
Dos. Para especialistas, este factor puede resultar determinante “abandonar el ego”, ya que ante los desafíos externos, las marcas deben buscar diferencias, adoptar nuevas prácticas y reconsiderar su meta e incluso el objetivo de algunos de sus productos. Y como ejemplo, Lego, quien anualmente invita a niños para co-crear productos y volver la marca “más emocionante para ellos”.
Tres. Saber entender y comunicarse con el público, mediante el uso de nuevas oportunidades de mercadeo personalizadas y el uso innovador de herramientas, lo cual se denomina “marca social”, que es un canal para entablar nuevas conversaciones con clientes, que para la marca significa claridad de visión y nuevos enfoques.