Trump se ha colocado en el ojo del huracán desde diversas áreas que incumben a la mercadotecnia y que nos llevan a observar las oportunidades que se abren para la industria, a partir de materias de estudio y el surgimiento de tendencias.
Esto nos hace entender a la mercadotecnia como una materia de estudio en constante actualización, que obliga a los mercadólogos a llevar el pulso de las agendas de medios, que se encuentran sumamente interesados en lograr una conversación a través de contenidos que se vuelven virales.
Del lado empresarial, encontramos marcas dispuestas a lograr estrategias comerciales que aprovechan esta tendencia.
Trump ha motivado el lanzamiento de papeles de baño, por ejemplo, mientras que del lado de contenido, ha dado la oportunidad a programas de televisión como Saturday Night Live, a alcanzar sus niveles de audiencia más altos, a través de parodias a su administración.
El marketing político también ha aprendido. La comunicación que ha mantenido a través de redes sociales nos ha permitido entender su apuesta cada vez más decidida, por generar estrategias de relaciones públicas, comunicación y promoción de su imagen, de manera determinante.
Ante este fenómeno que Trump ha significado para la mercadotecnia, al margen de la imagen que ha generado política y socialmente, es interesante aquilatar las oportunidades que en marketing se han dado con la actuación del presidente de Estados Unidos.
Debido a la magnitud del país y el valor de marca con el que cuenta, su marca personal es un fenómeno con repercusión internacional, donde las lecciones que nos hemos llevado en la industria de medios, comenzaron con la apuesta de Trump al comunicarse a través de Twitter y las reacciones que esto provocó, al convertir sus publicaciones dentro de esta red social, en importantes declaraciones a partir de las cuales se construían historias que lograban generar empatía por parte de las audiencias o críticas en el resto.