El gobierno de Portugal decretó este domingo tres días de luto nacional, en honor de las 62 personas que han fallecido en los incendios forestales en el municipio de Pedrógão Grande y otras zonas del central distrito de Leiria.
El incendio, que comenzó este sábado en una zona desértica de Pedrógão Grande, a unos 200 kilómetros al noreste de Lisboa cobró la muerte de cerca de 62 personas por los incendios forestales en los municipios de Pedrógão Grande, Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pêra.
“Muchos murieron en sus coches mientras intentaban huir de las llamas”, indicó el secretario de Estado para Asuntos Internos, Jorge Gomes, en declaraciones a la prensa para dar una actualización sobre los incendios, que siguen activos hasta el momento de esta publicación pese a los esfuerzos de cientos de bomberos para combatirlos.
El ministro destacó que al menos 30 vehículos fueron encontrados totalmente calcinados en la principal carretera que conduce a Pedrógão Grande, mientras en otros caminos fueron encontrados los cuerpos de otras 17 a bordo de varios autos.
11 personas más fueron encontradas muertas en medio de las ramas y árboles consumidos por las llamas, mientras que una pareja y un menor perecieron a causa de un accidente de tráfico al intentar huir del fuego.
“El número de personas heridas por el fuego también ha subido. A 59, entre ellos cinco en un grave estado, cuatro de ellos bomberos y un niño”, destacó Gomes.
Más de 773 bomberos y 226 vehículos fueron enviados desde la noche del sábado para combatir los incendios, que estallaron en Pedrógão Grande y se extendieron rápidamente en varias direcciones, sorprendiendo a los residentes de la región.
La Policía de Portugal ha descartado por completo que el fuego haya sido intencionado y considera que el incendio fue resultado de rayos que cayeron sobre el pasto y los arbustos secos.
“Pudimos determinar que el origen del fuego fue causado por las tormentas eléctricas”, indicó la Policía Judicial, en un comunicado sobre la tragedia.
El gobierno de España envió dos aviones cisterna para ayudar a sofocar las llamas, aunque su labor se ha visto afectada por las malas condiciones atmosféricas.
Conforme a un decreto del gobierno portugués, todas las banderas nacionales en las plazas públicas y edificios de gobierno, y las representaciones diplomáticas en el extranjero ondearán a media asta en honor a las víctimas, de lo que se considera una de las mayores tragedias en Portugal durante los últimos 50 años.