La tarde del jueves fue presentado Jorge Sampaoli como nuevo director técnico de la selección nacional de Argentina para los próximos cinco años.
La llegada de Sampaoli, procedente del Sevilla, se da en un momento crítico para el combinado albiceleste que se encuentra en la quinta posición, zona de repechaje, en la eliminatoria de la Conmebol para el mundial de Rusia en 2018.
El conjunto sudamericano se juega la parte final de la clasificación con un nuevo entrenador tras el despido de Edgardo Bauza, y la renuncia de Gerardo “Tata” Martino tras perder la final de la Copa América Centenario en penales ante Chile, tras ese descalabro, Lionel Messi renunciaría a jugar con la selección luego de perder cuatro finales, tres de ellas consecutivas.
Dicha decisión encendió las alarmas en la Asociación Argentina de Futbol (AFA), debido a que el costo por jugar partidos amistosos con el considerado mejor jugador del mundo es de un millón de dólares, sin embargo, cuando Messi no se encuentra en el campo, el costo es de menos de la mitad.
Otro ingreso que se vio perjudicado provenía de su principal patrocinador, Adidas, de acuerdo con Telefé, televisora argentina, la selección dejaría de ganar entre 150 y 200 millones de dólares en los próximos seis años si Messi decidía no jugar más.
Afortunadamente el crack de Rosario declinó su postura y regresó a las filas de su selección nacional, aún así, la selección está en serios problemas de no clasificarse a la justa deportiva del verano próximo, tiene que jugar de visita en el Centenario de Montevideo, recibir a Venezuela y Perú, además de visitar a Ecuador.
Esta situación no es nueva para Argentina, a la copa del mundo de Sudáfrica 2010 llegó vía repechaje por lo que las principales marcas auspiciantes temieron ver afectadas sus ganancias y se entró en el terreno de la especulación.
De inicio, la FIFA otorga a cada selección que juega la fase grupos 2 millones y medio de euros por partido jugado, por lo que de entrada se estimaba una pérdida de 7 millones y medio de euros.
Además se contemplaba la posibilidad de resignar alrededor de 350 millones, entre grupos inversores de comunicación que basan su programación en el futbol, ocho patrocinadores (Adidas, Quilmes, Coca-Cola, YPF, Claro, Italcred, Volkswagen y Standar Bank), cinco proveedores (Fibertel, Noblex, Dasani, Powerade y Aerolíneas Argentinas) y un colaborador (Gillete).
Por lo tanto, la llegada de Sampaoli va más allá de recuperar la confianza con el balón, también abarca devolverle el prestigio como marca a una de las potencias futbolisticas del mundo.