Ikea es una de las referencias en el mercado de retail, debido a un innovador concepto con el que ha logrado desarrollar una cadena omnicanal a nivel internacional, basada en muebles que pueden ser armados por los propios consumidores.
Esta estrategia le ha permitido a la cadena alcanzar un valor de marca de 18 mil 82 millones de dólares, según cifras proyectadas por Millward Brown en 2016.
Tal es la trascendencia de Ikea para el consumidor, que sus productos se han convertido en una referencia dentro del mercado, pues de esta forma se han determinado como un referente indispensable para el mercado.
Ejemplo de lo anterior ha llevado a ver lo que está pasando en sitios de subasta y comercio electrónico como Barnebys, donde un par de sillas de madera alcanzaron un precio de mil 600 euros (33 mil 600 pesos, aprox.)
Entdecken Sie #vintage #Design–#Möbel von #IKEA bei #Barnebys!https://t.co/8cgMuUcvvv pic.twitter.com/nFs88e0Bmg
— Barnebys.de (@Barnebysde) 21 de mayo de 2017
Vintage Ikea furniture is auctioning for up to $65K a piece. https://t.co/cNOAXRwUUD pic.twitter.com/Nj0gbFSDLY
— Curbed (@Curbed) 25 de mayo de 2017
El hecho nos lleva a observar una tendencia de consumo conocida como vintage que centra su interés en productos viejos que adquieren valor debido a la exclusividad que han adquirido por ser piezas de colección o que representan una tendencia de diseño pasada, convirtiéndose en referencia para segmentos que están dispuestos a adquirirlos, formando toda una economía de comercio electrónico con sitios que encuentran en este tipo de segmentos una oportunidad de negocio.
De hecho, cifras proyectadas por Statista estiman que a nivel mundial para este 2017, los ingresos que registre el segmento de Furniture & Homeware alcancen los 133 mil 473 millones de dólares, mientras que en México, el estimado advierte que este segmento de mercado alcanzará ingresos por 706 millones de dólares.
Este escenario descrito y que está compuesto por cifras que describen un mercado y ejemplos que marcan una tendencia, nos lleva a valorar la capacidad que el comercio electrónico tiene de ofrecer productos que se adaptan a perfiles de consumo muy característicos.