La aerolínea estadounidense, Southwest Airlines, fue la primera compañía en adherirse al acuerdo bilateral aéreo entre México y Estados Unidos, ya que recientemente inauguró su tercer vuelo entre ambos países.
La línea aérea es de las más puntuales del mundo, y tenía un sello de puntualidad y no escándalos, hasta que una pareja gay acusó a un empleado de Southwest de que les impidió abordar un avión como familia, es decir, con su esposo, los tres hijos de ambos y el abuelo de los niños.
Se trata de Grant Morse, uno de los afectados, quien declaró al rotativo USA Today que se encontraba en la zona destinada para el abordaje de la familia en el aeropuerto de Buffalo, Nueva York, cuando un agente de la compañía les dijo que que ese sitio era exclusivo para familias.
Morse refirió que él y su esposo dijeron al agente que eran una familia y que el adulto de la tercera edad era el abuelo, pero Southwest Airlines se negó a autorizarles la entrada al avión como un grupo familiar, y ante los reclamos, la compañía dejó abordar a los menores de edad con un adulto, pero no los dejaron sentarse juntos.
Por su parte, Southwest Airlines negó las acusaciones y argumentó que “la conversación” en la zona de abordaje no fue discriminatoria, y aseguró que sus empleados “trabajan duro” para seguir la política de acomodar a los viajeros en sus asientos.
No es el primer malentendido que enfrenta la compañía, ya que el año pasado bajó a un pasajero de uno de sus vuelos solo porque hablaba en idioma árabe sobre pollo y comida. De igual forma, Southwest fue acusada de discriminación. En su momento, la línea aérea hizo lo mismo, defendió a sus empleados.