Por Paco SantamarĂa y AnaĂ Aguilar
Paco X. Me gusta saborear cada sorbo de cafĂ©. Disfruto poco a poco como me mira y trata de explicarme a grandes rasgos su vida. Intento ayudarla en lo que puedo. Demostrarle de alguna forma que la estoy escuchando, asiento mi cabeza, sonrĂo, digo un “mmmhhhjj”. Decidido, voy a responderle cĂłmo pienso que puede ser la mejor forma de resolverlo…muy tarde, su BlackBerry nos arrebata el momento. Como si ya nada importara se concentrĂł en otra conversaciĂłn a distancia con su amiga que parecĂa mucho más interesante que lo que estábamos hablando. Suspiro y como ya no tengo nada que hacer disfruto mi Ăşltimo sorbo de cafĂ©.
Y pensar que en MĂ©xico hay tan solo 58 millones 267 mil 65 telĂ©fonos celulares y smartphones registrados al dĂa de hoy oficialmente segĂşn la ComisiĂłn Federal de Telecomunicaciones, ÂżCuántas conversaciones interesantes, negocios, encuentros y trabajo se logran cada segundo gracias a todos estos aparatos? pero Âżcuántos momentos de interacciĂłn en persona se quedan en suspenso o se rompen gracias a esta tecnologĂa? ÂżCuál es el balance?
AnaĂ Y. Los sociĂłlogos gritan en contra de la tecnologĂa y el uso que le hemos dado: contestar una conversaciĂłn vĂa BB Msn, tiene mayor prioridad -y me refiero a TODO el significado de la palabra “mayor”- que mantener no sĂłlo una conversaciĂłn con tu vecino, sino tambiĂ©n un contacto visual real. Mientras ellos gritan insultos, Mac grita palabras de Ă©xito con cada nuevo diseño o producto que saca al mercado: Steve Jobs lo llama iPad, mi papá lo llama “un aparatejo más”. TĂş, ÂżquĂ© partido tomarĂas: el revolucionario clásico o el vanguardista innovador?
Paco X. ÂżTĂş crees que soy un romántico cero práctico? Mi generaciĂłn tiene una extraña fascinaciĂłn por ser revolucionarios, somos poco prácticos, pero al fin revolucionarios. Para mĂ y mis contemporáneos es importante revolucionar, ser como el ChĂ©, inservible, pero es una bandera. Prefiero ser revolucionario, y yo agregarĂa romántico, que vanguardista innovador….
AnaĂ Y. Me gusta el tĂ©rmino. Pienso, que ustedes, los revolucionarios, son más bien revolucionarios en práctica, más que de nombre; usan la misma BlackBerry que nosotros los vanguardistas, pero definitivamente no usan todas las aplicaciones ni funcionalidades disponibles, ahĂ está la revoluciĂłn (incapacidad de adaptarse a la tecnologĂa 100 por ciento, Âżtal vez?; comprobĂ©moslo…si alguien te preguntara ÂżquĂ© haces con tu celular?, Âżcuál serĂa tu primera respuesta? (Lo primero que te venga a la mente, no hagas trampa).
Paco X. Que estoy pegado a Ă©l más de diez horas al dĂa. Duermo cerca de Ă©l, lo toco todo el tiempo. Y las marcas a veces parece que no se dan cuenta de esto. (Enviado desde mi oficina mĂłvil BlackBerry® de Telcel).
AnaĂ Y. ÂżQuĂ© diferencia habrĂa si las marcas se dieran cuenta de la dependencia bruta que han generado?
Paco X. Pues sencillo. LograrĂan una interacciĂłn con nosotros las 24 horas al dĂa, los 365 dĂas al año.
AnaĂ Y. Mmm, no sĂ©. Creo que no me gustarĂa, definitivamente no me gustarĂa que las marcas estuvieran todo el dĂa en contacto conmigo. Si de por sĂ, ya están por todos lados, hasta debajo de mi colchĂłn. PreferirĂa regresar a la Ă©poca del revolucionario romántico; y tomar un buen cafĂ©, sin prisa, sin ese foquito rojo parpadeando, llamando la atenciĂłn de mis ojos cada segundo, obligando a mis manos a tomarlo y arrastrando mi mente a un mundo totalmente virtual. ÂżSerá real lo que estamos viviendo? ÂżCrees que en los prĂłximos años, las relaciones amorosas, asĂ como hoy las profesionales, sean vĂa mail?
Paco X. Pues esto lo estamos escribiendo a distancia y por mail. Yo creo que si no hacemos algo, si vamos para allá. Tu tono es como de arcaica revolucionaria, medio melancólica. ¿Qué…quieres ir a una isla desierta?
AnaĂ Y. Me encanta la tecnologĂa, vivo y respiro con ella, de hecho me llamarĂa vanguardista; pero me gustan las tĂ©cnicas clásicas en el tema del romanticismo. Si pudiera sentir lo que se siente un apretĂłn de manos, cuando leo un mail; serĂa pro-tecnologĂa.
Paco X. …
Esta vez, escribimos este espacio por dos medios: tecnologĂa BlackBerry y vĂa mail; dejamos las cartas y el telegrama a un lado. ÂżTe suena conocido?
Sobre los autores de este texto…
Paco SantamarĂa tiene 36 años y es sagitario. EstudiĂł comunicaciĂłn y un posgrado en producciĂłn audiovisual en Madrid, España. Ha sido telefonista en atenciĂłn a clientes, entrenador y facilitador, consultor, maestro, analista, gerente, director, vendedor, documentalista, productor, periodista, bar tender, mesero, copy, mercadĂłlogo, freelance, investigador, RP y empresario. Es un sibarita de tiempo completo y un soñador.
AnaĂ Aguilar tiene 19 años y es virgo. Estudia creaciĂłn y desarrollo de empresas. Su crecimiento personal empezĂł hace cinco años como niñera, su crecimiento espiritual hace dos años con clases de yoga, su crecimiento profesional hace tres años en una empresa de advertising, y su crecimiento intelectual hace un año en la universidad. Hoy, es una soñadora pero activista, que cree en la energĂa positiva de la gente.
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