Las empresas japonesas son conocidas por sus interminables horarios de trabajo y sus estresantes estructuras jerárquicas, pero una de ellas afirma haber encontrado un buen remedio al estrés de los empleados: los gatos.
La compañía informática Ferray, ubicada en Tokio, tiene en sus oficinas nueve felinos que descansan sobre las piernas de sus empleados, y saltan de sus cojines a los teclados con total libertad.
Hidenobu Fukuda, quien dirige la empresa, introdujo su política de “gatos en la oficina” en el año 2000 a petición de uno de sus colaboradores.
A Japanese company is encouraging people to bring their cats to the office to help them cope with stress and fatigue pic.twitter.com/EnA4RSNsyI
— AFP news agency (@AFP) 19 de mayo de 2017
“También le doy 5 mil yenes (45 dólares) al mes a quien salve a un gato”, indicó.
Otras empresas, como Oracle Japan, también se han planteado recurrir a los animales para reducir el estrés y la ansiedad de la plantilla.
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En sus oficinas un viejo pastor inglés ha sido nombrado “embajador” encargado de los invitados y de calmar al personal, según la página web de la empresa. El grupo estadounidense cuenta con un perro en su oficina nipona desde 1991.
Por su parte, la firma de recursos humanos Pasona Group “contrató” a tiempo completo a dos cabras en 2011 y dos alpacas en 2013, utilizadas, en parte, con fines terapéuticos.
El mundo de las mascotas está viviendo una auténtica revolución en los últimos años. La gente ya no se ve como dueños de animales, sino como padres de los mismos.
En Estados Unidos, la gente invierte cerca de 40 mil millones de dólares anuales en alimentos para mascotas, juguetes y otros productos para ellos.
“Los perros solían ser tratados como guardianes, luego pasaron a ser compañeros de las personas, y ahora se han convertido en sus hijos”, asegura Alexandra Suich, reportera de The Economist.