En su primer reporte trimestral de 2017, Renault incrementó sus ventas en un 25 por ciento, gracias a sus nuevos modelos. Los ingresos aumentaron a 14 mil 270 millones de dólares, mientras que en mismo periodo de 2016 la armadora solo había obtenido 10 mil 490 millones de euros.
El fabricante de autos francés detuvo su producción en varios sitios de Europa para evitar la propagación de un ataque cibernético global que afectó a sus sistemas informáticos, según la compañía.
De acuerdo con la firma de antivirus, Kaspersky, se trata del virus “WannaCry”, y desde semanas ha provocado más de 45 mil ataques en 74 países, afectando compañías en cada país, como si se tratara de un virus informático que se extiende por el mundo.
Consiste en un ataque informático ransomware, cuyo objetivo es secuestrar información sensible de los archivos de una compañía para posteriormente “pedir un rescate” millonario a los dueños.
La planta de Sandouville, al noroeste de Francia, fue una de las que tuvo que detener su producción. Autoridades de París ya están investigando de dónde procede el ataque.
Nissan, la otra armadora que está asociada con Renault, también vio afectada su producción en su planta al norte de Inglaterra, es decir, se detuvo la producción de sus modelos Leaf, Qashqai, Note, Juke, así como el Infiniti Q30 y QX30.
El ataque de ransomware también afectó el viernes a el sistema de salud de Gran Bretaña, así como a la firma de entregas, FedEX.
El ataque funciona de la siguiente manera: los hackers engañan a las víctimas para que abran archivos adjuntos maliciosos de malware, los cuales se propagan mediante correos electrónicos que van disfrazados de archivos oficiales, como facturas, memorandos, entre otros con apariencia de archivos legítimos.
Crédito de la imagen: Bigstock