El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos abrió la importación de limones argentinos. La medida rige a partir del 26 de mayo y llega luego de una serie de idas y venidas entre los gobiernos de ambos países.
Es que tras la prohibición que se había fijado hace 16 años para esos productos, en 2016, Barack Obama le prometió al presidente Mauricio Macri que la medida llegaría a su fin. Sin embargo, apenas asumió Donald Trump, una de las primeras órdenes que firmó fue, justamente, la suspensión de la promesa del demócrata.
Ahora, y luego de la visita de Macri a la Casa Blanca, un comunicado del Servicio de Inspección de Plantas y Animales (Aphis), que depende del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), confirmó este lunes que en esa fecha vencerá la prórroga a la apertura que se había impuesto el 23 de enero pasado y había sido ratificada dos meses después.
“Los productores de limón calculan que el mercado norteamericano representa, en una primera etapa, unas 20 mil toneladas anuales, el 10% de las exportaciones totales argentinas, por unos US$ 50 millones. Sin embargo, la autorización norteamericana es un antecedente para acceder a otros destinos exigentes, como Japón”, analiza La Nación.
La comunicación aclara que las importaciones de la Argentina sólo podrán llegar a los puertos del nordeste de los Estados Unidos. Esto es porque el freno a las exportaciones desde Argentina estaba impulsado por el lobby de los productores citrícolas de California.
Argentina es el mayor productor mundial de limones (cerca de 1,5 millón de toneladas por año) y Estados Unidos uno de los mercados más grandes, por lo que la posibilidad de exportar a ese destino es clave. Más aún para la provincia de Tucumán, en el noroeste argentino, la responsable del 80% de la producción nacional.
Según Statista, Argentina exporta unas 200 mil toneladas de limón fresco por año. Uno de cada cuatro van al mercado europeo.