El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, anunció este miércoles la apertura de la Oficina de Acercamiento a Víctimas de Crímenes por Inmigrantes (VOICE, por sus siglas en inglés) para asistir a personas afectas por delitos cometidos por inmigrantes.
“Todo crimen es terrible, pero estas víctimas son únicas y con frecuencia ignoradas. Son los ‘damnificados de crímenes’ que nunca debieron ocurrir, porque la gente que los hizo víctimas en muchos casos no debió haber estado en el país en primer lugar”, señaló Kelly ante medios de comunicación.
VOICE forma parte de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y fue creada en respuesta al anuncio del presidente Donald Trump durante su primer informe ante el Congreso y como parte de la orden ejecutiva para fortalecer la seguridad pública en Estados Unidos.
“Vamos a dar voz a aquellos que han sido ignorados por nuestros medios informativos y silenciados por los intereses especiales”, dijo Trump ante los congresistas.
Sin embargo, varios grupos de activistas han criticado las políticas de la Casa Blanca bajo el argumento de que estudios han mostrado que los inmigrantes tienen menores tasas de criminalidad y encarcelamiento que las personas nacidas en Estados Unidos.
De 1990 a 2013, la proporción de personas residentes en Estados Unidos nacidas en el extranjero aumentó de 7.9 a 13.1 por ciento del total, pero el número de crímenes violentos se redujo en 48 por ciento durante ese periodo, de acuerdo con cifras de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Un estudio de Centro Pew mostró una menor probabilidad de que los inmigrantes cometan crímenes contra personas nacidas en el país. Igualmente la tasa de encarcelamiento de inmigrantes de 18 a 30 años es de 1.6 por ciento, mientras que la tasa entre la población nativa alcanzó el 3.3 por ciento.
Los objetivos de VOICE serán apoyar a las víctimas y a sus familias, promover el conocimiento y uso de los recursos y servicios disponibles para las víctimas de crimen y asociarse con organizaciones comunitarias para ayudar a las víctimas.
El mandatario estadounidense continúa con su retórica antiinmigrante que tomó como estandarte de campaña; sin embargo, ya en la Casa Blanca sus intentos por criminalizar al desplazamiento han sido frenados por el Congreso y por el Poder Judicial.