Casi inmediatamente después de su lanzamiento, Netflix ganó un lugar privilegiado en los hábitos de entretenimiento actuales. Con una penetración mayor entre los públicos más jóvenes y ganando terreno de poco a poco en las audiencias maduras, la plataforma de streaming dejó en claro que otorgar libertad total para acceder a los contenidos en el momento, dispositivo y lugar definidos por el usuario se convertiría en la nueva norma que quitaría protagonismo a las tradicionales barras programáticas de la televisión.
No es secreto que el contenido en streaming on demand -categoría liderada hasta el momento por Netflix- sea uno de los referentes más importantes en las dinámicas de consumo de entretenimiento.
En México, por ejemplo, de acuerdo con la Primera Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales del IFT (Instituto Federal de Telecomunicaciones), aunque el 98 por ciento de los hogares posee al menos un televisor y 81 por ciento afirma que cuenta con la posibilidad de sintonizar contenidos a través de alguna señal de televisión abierta, se estima que la audiencia de televisión abierta en México se contrajo en 18 por ciento.