La marca Kodak decidió poner a prueba a los viajeros del transporte público londinense con la propuesta de probar un supuesto cargador súper rápido para los smartphones, aunque una vez conectados, les borraba todo lo que tenían en la memoria incluidas las fotos.
La flemática reacción de los británicos no tiene comparación al enterarse que sus fotos habían desaparecido. En otras partes del mundo, es difícil no pensar en las posibles consecuencias que hubiera sufrido el encargado de ejecutar tal acción…
Pero en este experimento, queda claro que entre los datos más valiosos de los usuarios, las fotografías que se almacenan en el teléfono móvil lo son todo… aunque no siempre se tomen las precauciones necesarias para preservarlas. Y pese a que se trataba de un engaño, el susto de las ‘inocentes víctimas’ pondrá a pensar a muchos.
De hecho según Kodak, un tercio de los dueños de smartphones han perdido fotos de sus dispositivos en alguna ocasión.