Una madre que se encontraba con su bebe de cuatro meses celebrando un cumpleaños con un grupo de amigos en el restaurante vegano ‘El Vergel’, en Tarragona, España, ha originado la polémica que ha saltado a los medios y las redes sociales, después de que se le prohibiese dar el biberón a su hijo, en el local. Un camarero se le acerco y le entregó un papel con la indicación que, como manifestó en un comentario en Tripadvisor, le ha hecho sentir “humillada e indefensa”.
La prohibición también se encontraba en un papel colocado junto a otros en la entrada del establecimiento, y es que según las normas del mismo, no se permite la entrada de ningún tipo de alimento de origen animal, incluso en el caso de los destinados a niños.
La madre ha considerado que se trata de una prohibición extrema, por lo que implica a la hora de alimentar a un bebé, a quien como señala, no se le cambia, por capricho, la alimentación en medio de un restaurante. Una situación que le ha hecho sentir como en un “régimen totalitario”.
Por su parte, esta polémica que ha tardado cerca de un año en encenderse, se ha visto aumentada por el tono de la respuesta, educada pero con un notable rechazo a la negociación y una disfrazada ‘condescendencia’ para con los niños, en la que deja muy claro que sus derechos como establecimiento prevalecen y que no tienen porqué ser democráticos.
De hecho, la situación radica precisamente en determinar hasta donde llegan los derechos de cada uno de los involucrados, aunque desde el local lo dejan claro: “Las madres verdaderamente humilladas son aquellas violadas durante toda su vida para tener bebés que son robados y descuartizados para que los humanos les arrebatemos la leche que era para ellos: estas madres son las vacas, ovejas y cabras, víctimas del biberón de su hijo”.
Tras la polémica surgida, el restaurante ha borrado de las redes sociales sus respuestas y comentarios sobre el tema, pero los textos que se podían leer, son los que siguen:
Comentario en Facebook de ” Mama humillada” (6 febrero 2016)
“Estuvimos celebrando un cumpleaños con amigos, a mi bebe de 4 meses le tocaba comer y le di el biberón. Poco después de empezarlo, el camarero me puso un papel al lado de mi plato y se fue. El papel ponía que no se puede entrar con comida de origen animal y si se trata de biberón pues tampoco. Alucinante. No sabía qué hacer, fue una situación totalmente inesperada, humillante y sin poder defenderme. Avisarme con un papel… El camarero no sabía qué tipo de leche le estoy dando a mi bebe, podría haber sido leche materna, o de origen vegetal pero es igual, creo que es muy muy personal, incluso diría íntimo.
De todas formas, ¿que esperaba el camarero? Que guardara el biberón como si nada? ¿Que acabara de darle el biberón a mi hija en la calle? Supongo que habrá madres que se levantan de la mesa y se van.. muy muy mal.
Luego vimos el mismo aviso en la entrada entre varios papeles.
Me gustaba el sitio, el concepto, la comida, fui varias veces, pero no iré nunca más. Creo que en la hostelería hay que ser mucho más humilde y sobretodo respetar a tus clientes. Al acabar la cena me dijo que la próxima vez me prepararán un biberón de leche vegetal… Esto no funciona así. Los bebes están en desarrollo y no pueden cambiar de comida como un adulto.
Creo que tan extremo no habría que llevar sus ideas, si se meten con los bebés ya podrían prohibir la entrada de gente con bolsos, cartera o chaqueta de piel o prohibir el uso de los aseos a aquellos clientes que comieron carne/leche/huevos dentro de 48 horas…
El concepto que pretenden promover me parece genial y estoy totalmente a favor.
La forma en que lo hicieron aquel día conmigo y con mi bebe más bien me recuerda a un régimen totalitario.
Visitado el febrero de 2016”
Respuesta de Álvaro Soto Ruiz, Propietario en El Vergel Veggie Restaurant:
“Estimada clienta:
Siento mucho que se haya sentido humillada. Tiene razón en quejarse y en sentirse mal. Puede que la forma no fuera la más adecuada. Para nosotros tampoco es fácil afrontar estas situaciones. Intentamos que la gente que viene con niños reciba esta información antes de entrar al restaurante, tanto con el aviso que hay en la puerta de entrada como verbalmente al hacer una reserva, con el fin de minimizar estos conflictos.
Yo soy el camarero que les recordó esta norma establecida en nuestro restaurante; también soy uno de los propietarios. Decidí presentarles el aviso por escrito cuando comenzaron a dar la leche al bebé, dando por supuesto que no se habían enterado hasta ese momento. Haciéndolo de este modo intentaba evitar ponerles en evidencia y crear una situación incómoda delante de sus compañeros de mesa. Lamentablemente durante el tiempo que lleva abierto el restaurante hemos tenido que presenciar el suministro de potitos con ingredientes de origen animal tanto de manera directa como a escondidas por parte de algunos padres, motivo por el que hemos decidido que no se consuma ningún tipo de comida del exterior. Los clientes también deben tener en cuenta que en cada negocio hay unas normas; por ejemplo, un código de vestimenta, la admisión o no de animales domésticos, niños… Nosotros no discriminamos a las familias con niños, a pesar de que en muchas ocasiones el resto de clientes se quejan y nos piden que les prohibamos la entrada. No digo que en esta ocasión fuera el caso.
Respecto a que opine que tampoco dejemos entrar a clientes con carteras de piel o que hayan comido ingredientes de origen animal con anterioridad es, otra vez, una decisión de la propiedad. Las determinaciones que se toman en un negocio no son democráticas. Quien asume el riesgo y la responsabilidad somos los propietarios, y nuestras son las decisiones. Como local de restauración, no aceptamos comida del exterior. Disponemos de leche vegetal apta para bebés, papillas y purés de verduras y compotas de frutas. Tampoco tenemos ningún inconveniente en que las madres den el pecho a sus hijos en el restaurante. Nosotros no fabricamos bolsos, ni zapatos ni abrigos, pero sí hacemos comida que usted puede comprar acorde con las normas del restaurante. Si alguien cree que darle un alimento a su hijo diferente al que toma normalmente supondrá un grave perjuicio para él, tiene dos opciones: alimentarle en otro horario, fuera del restaurante, o ir a otro establecimiento con otras normas.
Desconozco si el biberón contenía leche de vaca o la suya propia, pero supongo que si se sintió atacada fue precisamente porque era de origen animal no humano. Sin embargo, las madres verdaderamente humilladas son aquellas violadas durante toda su vida para tener bebés que son robados y descuartizados para que los humanos les arrebatemos la leche que era para ellos: estas madres son las vacas, ovejas y cabras, víctimas del biberón de su hijo.
Ojalá algún día pueda realmente comprender nuestro punto de vista. Una vez más, pido perdón por el mal trago que pudiera pasar y espero que esta explicación sirva de algo.
¡Un saludo!”