En la República Mexicana hay alrededor de 128 millones de habitantes y el Banco Mundial estima que el 54.8 por ciento tiene acceso a internet y el 35 por ciento de la población tiene un smartphone.
De acuerdo con datos de Statista, durante 2016 el 37.5 por ciento de la población tuvo acceso a plataformas para hacer compras por internet. Pero tener acceso no significa que se concrete la venta.
De hecho, el mercado mexicano está muy lejos de los países líderes en comercio electrónico: China y Estados Unidos.
El ingreso promedio que el e-commerce obtiene de cada mexicano que compra en línea es de 228 dólares. En Estados Unidos es de mil 734 dólares.
¿Por qué en México apenas comienza el desarrollo del comercio electrónico? Pese a que más de la mitad de la población tiene acceso a internet y el 37 por ciento podría hacer compras en línea, si quisiera, hay otros elementos que han mercado a la categoría.
Una década atrás, era mayoría el número de personas que tenían miedo de hacer transacciones en línea y nunca utilizaban su tarjeta de crédito para comprar algo por internet. La llegada de los smartphones y las apps de servicios como Uber y Cabify han incrementado la confianza en las transacciones digitales. Pero todavía hay retos. Como el traslado de paquetes.
El envío, un problema histórico en México
En las naciones donde el e-commerce es un negocio de decenas de millones de dólares, como Estados Unidos, China, Reino Unido o Alemania, hay una característica compartida: excelentes sistemas de correo y mensajería, donde las entregas funcionan como un reloj.
En el caso de México, durante décadas, el servicio gubernamental de Correos se ha caracterizado por su lentitud. Un paquete o carta puede tardar semanas para ir de una parte del país a otra. Además, las empresas regionales de envíos muchas veces maltrataban los paquetes.
En la última década, compañías nacionales y extranjeras como Estafeta, DHL, FedEx y UPS, han mejorado las entregas dentro de la República Mexicana y al mismo tiempo han hecho crecer la industria del e-commerce en el país.
Los servicios de entrega de productos son la clave para el crecimiento del e-commerce en el retail. En México, Amazon utiliza empresas privadas de logística, como las mencionadas arriba para enviar sus productos. Otras compañías que han hecho crecer la categoría en México son Linio, Privalia, Ósom, entre otras.
Las cadenas tradicionales de retail también se han sumado a la tendencia y multinacionales con presencia en México como Walmart y Best Buy venden prácticamente de todo a través de la web.
Alimentos y servicios: cambios en el entorno digital mexicano
Desde hace un par de años, en algunas ciudades de México operan servicios para pedir comida a través de una app. Primer la competencia era entre HelloFood y Sin Delantal, pero ahora ambas son parte de la británica Just Eat.
En 2016 comenzaron a operar en la capital del país Rappi y UberEats, lo que ha incrementado el número de personas que compran su comida en línea, pero de acuerdo con un estudio de Millward Brown, sólo el 13 por ciento de los mexicanos pide comida a través de internet.
Las categorías donde hay un mayor uso del compras o transacciones por internet son, en orden de importancia, pago de servicios, compra de productos y entretenimiento. En esta última se incluyen desde los pagos de suscripciones por servicios como Netflix o Spotify hasta la adquisición de boletos para el cine en las plataformas como Cinepólis y Cinemex.
En el caso de los cines, Cinemex es un ejemplo de las dificultades de las empresas para adaptarse a los cambios tecnológicos. Hasta hace unos meses, en los establecimientos de dicha compañía, los clientes que compraban su boleto en línea tenían que pasar a la caja a que les hicieran una impresión, mientras su competidor, Cinépolis, permitía entrar con el boleto digital en el smartphone.
Algo similar ocurre con las aerolíneas. Desde hace unos meses, Aeroméxico permite abordar sin necesidad de imprimir el pase y basta sólo con mostrarlo en el teléfono. En las demás líneas aéreas mexicanas todavía es obligatorio llevar un papel.
En México estos cambios son novedades y una señal del lugar en el que está parado el país en materia de cultura digital. Según estimaciones de Statista, los ingresos del e-commerce se duplicarán en los próximos dos años pero todavía falta mucho para ser un mercado importante en compras por internet.