No es un mito, es un problema real y gravĆsimo de salud pĆŗblica. En JapĆ³n miles de personas mueren cada aƱo por trabajar demasiado. AsĆ como se oye, sin mĆ”s. Ha sido por dĆ©cadas el paĆs con la mayor adicciĆ³n al trabajo. Tras la Segunda Guerra Mundial se fue afianzando la costumbre del trabajo en exceso, para reconstruir al paĆs, y en la dĆ©cada de los ochenta las largas jornadas alcanzaban 60 horas a la semana. Trabajar āhasta morirā se habĆa convertido en un estilo de vida. A esa muerte por trabajar en exceso la llamaron Karoshi y estĆ” establecido en las leyes niponas desde 1987.
Desde los ochenta morĆan todo tipo de trabajadores, desde aquellos con trabajos mĆ”s lamentables, hasta los mismos directivos de las compaƱĆas. Del Karoshi no se salva nadie. Ya para la dĆ©cada de 1990 era una epidemia. Claro, en ese ordenado paĆs, donde todo se mide y entra a formar estadĆsticas esta āenfermedadā de la chamba entrada con fuerza a las cifras de mortalidad. Pero lo miedoso es que hoy los japoneses no son los que mĆ”s trabajan. Los cĆ”lculos aseguran que MĆ©xico encabeza el listado de paĆses donde se trabaja mĆ”s horas extras.
Y asĆ, no se trata de trabajar en actividades que conlleven mucho desgaste fĆsico. No, al parecer la causa del Karoshi es simplemente estar sentado demasiado tiempo en la oficina. A mayor cantidad de horas sentado ātrabajandoā, mayor es el riesgo de sufrir un infarto, segĆŗn las investigaciones al respecto. No es chiste. En muchos de los casos de Karoshi se encuentra a la persona desplomada en su escritorio, al punto que muchos creen que se quedĆ³ dormida del cansancio. Y no, su cuerpo no pudo mĆ”s. En otros casos su cuerpo si puede mĆ”s, pero no son alma y la gente acaba por suicidarse.
Y pasa por todos lados, en China mueren al dĆa en promedio 1,600 personas por gualaosi (el Karoshi chino). QuĆ© cifraā¦ En JapĆ³n se habla de casi 10,000 personas al aƱo. Casi la misma cantidad de las que mueren en accidentes de trĆ”nsito. Si un pariente muere de Karoshi, las familias del fallecido son indemnizadas, claro cuando se comprueba que el personaje ausente trabajĆ³ mĆ”s de 100 horas extras el mes anterior a su muerte, por ejemplo.
Pues bien, lo que alivia un poco todo este drama, pues es un horror esta historia, es que en JapĆ³n desde hace una semana (1 de febrero) empresas como Panasonic estĆ”n tomando decisiones al respecto. Esta empresa acaba de sacar una norma en la que pide a todos los empleados, sin excepciĆ³n, no quedarse a trabajar mĆ”s tarde de la 8 de la noche. Este ejemplo lo han seguido Unicharm y otras.
Eso pasa en lugares donde el fenĆ³meno ha sido detectado y muy estudiado. AcĆ” no, por supuesto, acĆ” posiblemente se seguirĆ” asociando con otros factores o con simples infartos, con el āasĆ es la vida, todos vamos para allĆ”ā. Y mientras tanto trabajar mucho (casos extremos, por supuesto), sin descanso, es motivo de orgullo, de admiraciĆ³n y de recompensa.