Internacional.- El manifiesto ataque hacia la inmigración y la mano de obra extranjera cruza todas las fronteras. Trump lo hace en los Estados Unidos y la candidata de la ultra derecha en Francia, Marine Le Pen, también.
La candidata presidencial francesa de extrema derecha Marine Le Pen propone que las compañías que contraten empleados extranjeros paguen un impuesto equivalente al 10 por ciento del salario.
Lo dijo Florian Philippot, vicepresidente del Frente Nacional, partido que lidera Le Pen, en declaraciones a radio RTL. “Philippot dijo que el impuesto se aplicaría a quienes no sean franceses, lo que incluye también a ciudadanos de otros países de la Unión Europea”, publicó Reuters.
“Alternativamente, un empleador puede contratar a un francés y evitar tener que pagar el impuesto”, dijo textualmente Philippot.
Las declaraciones no deben ser ignoradas porque Marine Le Pen es uno de los candidatos presidenciales con mayores chances de pasar a la segunda vuelta en las próximas elecciones en Francia. Manifiestamente contraria a la inmigración y a la Unión Europea, logró un nuevo impulso en las encuestas tras el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos.
Precisamente Trump es uno de los líderes mundiales que ya se ha mostrado a favor de incentivar la utilización de mano de obra local a través del cobro de algún tipo de impuesto o tasa al empleador que contrate extranjeros.
En Argentina
Hay un antecedente muy reciente en la Argentina sobre este tema. Tal y como publicáramos en Merca20 en diciembre pasado, una ley sancionada por el Poder Legislativo de la provincia de San Luis, en el centro-oeste de Argentina, impuso una tasa extra a quien contrate trabajadores no “puntanos”, como se llama a los nacidos en ese distrito.
La ley establece que los empleadores que contraten personas que no sean de esa provincia o tengan menos de cinco años de residencia allí paguen un impuesto del 10 por ciento sobre el salario otorgado al trabajador. Igual a lo que quiere hacer Le Pen.
Apenas aprobada, generó una fuerte reacción de sectores opositores por considerarlo “discriminatorio entre argentinos que son iguales ante la Constitución”, ya que pena a los empleadores que den trabajo a personas que no son de San Luis.
En Argentina hay otros distritos que muestran un discurso “nacionalista” entendiendo como nacional a cada provincia. Córdoba es un ejemplo: el partido gobernante usa el mismo argumento del “cordobesismo” para exaltar una especie de diferencia/supremacía sobre el resto.