En 2015 la automotriz Volkswagen AG enfrentó la peor crisis de su historia al revelarse un escándalo que involucró la manipulación del control de emisiones de 11 millones de vehículos de sus marcas en todo el mundo con la finalidad de anunciar que contaminaba menos que sus competidores.

Sin embargo, el fraude fue descubierto y la alemana tuvo que sortear un duro trayecto para recuperar su imagen e intentar superar la pérdida de credibilidad ante el consumidor, entre ellas un complejo programa de acciones encaminado a sectores más sensibles con la responsabilidad social y medio ambiente y aceptar pagar una multa superior a los 4 mil millones de dólares.

Parecía que lo estaba logrando, recuperó su nivel de ventas y su presencia en el Auto Show de Detroit fue muy destacada. Pero, este fin de semana se presentó otro duro golpe en contra de la marca: Audi, una de sus empresas, anunció que llamará de vuelta 576 mil vehículos a revisión en Estados Unidos.

La razón, de acuerdo con la propia automotriz, es que sus modelos, los sedan A5, A5 Cabriolet y las camionetas deportivas Q5, modelos del 2013 al 2017, por diversas fallas que podrían afectar su correcto funcionamiento y un riesgo para los conductores.

Según reportes de agencias internacionales, la falla en los sedan es que pueden estar equipados con una bomba eléctrica de enfriamiento que se bloquea cuanto almacena residuos, lo que se traduciría en un calentamiento excesivo y la posibilidad de un incendio.

Mientras que en las camionetas, la falla consiste en una filtración desde los techos de las unidades que podría permitir la entrada de agua que humedezca los mecanismos de funcionamiento de las airbags poniendo en riesgo a los ocupantes en caso de un accidente.

Al respecto, la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) se ha encargado de que tanto Audi como Volkswagen avisen mediante sus webs a los clientes para que pasen por el taller para solucionar estos problemas.

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