Ante la salida de los Chargers (NFL) de la ciudad de San Diego, un grupo de inversionistas hizo pública su intención para traer a la zona una franquicia de futbol.
Los inversionistas son encabezados por Steve Altman y Mike Stone, los cuales, de acuerdo con un comunicado de la Liga Mayor de Soccer de Estados Unidos (MLS, por sus siglas en inglés), planean la construcción de un nuevo estadio en el lugar que actualmente alberga la antigua casa de los Chargers.
El descontento que provocó la salida del equipo en la afición de esa ciudad de California busca ser aprovechado por estos empresarios para potencializar el mercado de futbol en la zona.
Actualmente, una estrategia similar es la que maneja el equipo mexicano Xolos de Tijuana, quienes afirman que desean convertirse en un referente del balompié en la región fronteriza.
Como una vía para establecer su identidad con la zona fronteriza, Xolos decidió comenzar con un proyecto para atraer y dar cabida los jugadores mexicanos nacidos en los Estados Unidos.
Por medio de scouts, el club se ha hecho de futbolistas con la doble nacionalidad, algunos de los cuales han potenciado su talento para ser tomados en cuenta por la selección de las barras y las estrellas. Puntualmente están los casos de Édgar Castillo y Joe Corona, quienes al ser ignorados por el entorno del futbol en México, decidieron defender la playera del país del norte.
Esta situación, además, ha resultado como una estrategia de marketing perfecta. La identificación de los aficionados con el equipo se ha potenciado gracias a la inclusión de estos jugadores.
Cálculos de medios como Marca e ESPN afirman que entre el 20 y el 30 por ciento de los aficionados que asisten a los partidos en Tijuana provienen de ciudades de California, y sobre todo, de San Diego.
De hecho, la biculturalidad es un factor que los directivos del club tijuanense han aprovechado también para firmar acuerdos con marcas estadounidenses como Bud Light, recupera también ESPN.
Según datos del sitio web Howmuch.net, la Liga MX generó ingresos por 555 millones de dólares, lo cual la situó en el top 15 de las ligas deportivas más rentables del orbe.
Por lo pronto, los inversionistas que apuntan a San Diego como una sede de la liga estadounidense pueden ver el ejemplo de Tijuana.
Tal vez la salida de los Chargers de esa ciudad pueda convertirse en una oportunidad de negocio que ayude a sanear a la industria deportiva que existe ahí.