La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos crea un interesante fenómeno en el que se concentra la influencia de gobierno de la Casa Blanca en un selecto grupo de millonarios.
Esta relación entre el poder que significa la Casa Blanca y marcas comerciales se intensificó ahora que el propio Trump, nuevo presidente de Estados Unidos, es una marca personal y comercial con trayectoria, reputación e influencia a nivel internacional,
1. Branding presidencial
El costo del branding presidencial de Estados Unidos puede ser medido por diversas métricas como las proyecciones hechas por The Balance, donde calculó la cantidad porcentual de deuda agregada en cada una de las administraciones presidenciales.
El conteo comienza con Jimmy Carter, 43 por ciento; Ronald Reagan, 186 por ciento; George H. W. Bush, 54 por ciento; Bill Clinton, 32 por ciento; George W. Bush, 101 por ciento y Barack Obama, 68 por ciento.
La proyección coloca a los expresidentes Ronald Reagan y George W. Bush a la cabeza de deudas dejadas en cada una de sus administraciones, donde Barack Obama dejó un 68 por ciento más de deuda, debido a la extensión que hizo de sus programas sociales.
Lo anterior nos hace observar que la capacidad de las marcas presidenciales está en detrimento de la contribución económica y el desempeño de sus acciones medidas por la relación entre el costo de sus programas aplicados y los resultados obtenidos por cada uno de ellos.
2. Filosofía de marca
Expresidentes como Jimmy Carter basaron la filosofía de su marca presidencial en la austeridad en el gasto público, actitud que traía desde su cargo como gobernador de Georgia, donde instauró la estrategia de presupuesto base cero, mismo que replicó al frente del gobierno estadounidense.
Contrario a esta actitud, llama la atención los excesos de Ronald Reagan, que rayaron en casos como la crisis de los ahorros y préstamos que comenzó en la década de los 80.
3. El poder para el pueblo
La estrategia de Donald Trump se basa en la promoción de una administración en que pondera al pueblo como el protagonista de su administración, recurso que nos recuerda conceptos como la Doctrina Monroe, donde se propagó el concepto de América para los americanos.
4. Aprobación
Cifras proyectadas por Gallup colocaron a Jimmy Carter, con un nivel de aprobación de su trabajo de 45.5 por ciento. Ronald Reagan con un 52.8 por ciento; George H.W. Bush, 60.9 por ciento; Bill Clinton, 55.1 por ciento; George W. Bush, 49.4 por ciento y Barack Obama, 59 por ciento.
5. CEO: estrategia de gobierno
El nuevo gabinete de Trump concentra altos perfiles directivos de empresas. Entre ellos encontramos un Wilbur Ross (presidente de W.L. Ross & Co.), como secretario de Comercio; Betsy DeVos (nuera de Richard Devos, cofundador de Amway) secretaria de Educación; Rex Tillerson (CEO de la petrolera ExxonMobil), secretario de Estado; Andy Puzder (CEO del restaurante de comida rápida Carl’s Jr), secretario de Trabajo y Ben Carson (alto ejecutivo en la mesa directiva de empresas como Kellogg y Costco), secretario de Vivienda.