Comunicación Política, 3 claves para no morir en el intento

¡Señoras y señores lectores, esta es una pregunta que alguien debe responder! ¿el anuncio del gasolinazo (supuestamente gradual y moderado) se ha notificado en un contexto transparente, sensible, con estrategias de política económica social, respetando las técnicas básicas de comunicación política?

Cuando una decisión de política económica carece de información referente al posible comportamiento y reacción de los gobernados se le llama insensibilidad social. Peor cuando esta decisión se comunica con falta de empatía, con incongruencia (bonos extras a legisladores y en general a la clase política de elite, compras de iPhone 7 a funcionarios del INE, etc.), agravándose ya que se habla por parte del gobierno federal de un presupuesto austero para 2017.

Lo que al parecer prevalece es un proceder impropio y un criterio publicitario, de mercadotecnia y no acciones con estrategias orientadas directamente a la eficacia de la relación entre política y comunicación.

Un “golpe bajo” explícito, por lo que el juez sanciona al agresor

La comunicación del gasolinazo en pleno periodo vacacional por parte de los tomadores de la decisión ha dado la impresión de querer sorprender en tiempo y forma, esto se complica más en el actual contexto de incertidumbre que vive la sociedad, con un Donald Trump a la puerta del poder, y de la contingencia de que a partir del 20 de enero de 2017 ejerza acciones agresivas contra México; esto es demasiado en tan corto tiempo.

Esta comunicación del gasolinazo es calificada de agresiva socialmente y se convierte en un “golpe bajo” que es sancionado por la sociedad, como cualquier juez en un ring, castigando directamente al agresor en el puntaje de aprobación.

Y el público fuera del “ring del box” emite su opinión

Una decisión como la del gasolinazo, que afecta a la sociedad en su conjunto en forma abrupta debe medirse exhaustiva y milimétricamente, considerando en forma seria, inteligente, respetuosa y hasta empática su ejecución en el tiempo y la forma, máxime cuando la imagen, reputación y aceptación social del decisor y comunicador de la acción, en este caso el gobierno federal, ronda en alto porcentaje de desaprobación.

La popularidad del presidente Enrique Peña Nieto se encuentra en un nivel del 66 por ciento de rechazo por parte de la ciudadanía, según la encuesta de Consulta Mitofsky a noviembre de 2016. Que se podrá esperar para diciembre de 2016 y no digamos enero del 2017.

Llevar la comunicación política hacia la sociedad con criterios de publicidad y mercadotecnia y falta de coherencia, es como regar gasolina sobre un incendio o encender por parte de un niño un proyectil en una bodega, como el caso del mercado de cohetes San Pablito, Tultepec, con consecuencias lamentables.

Criterios y acciones de comunicación política equivocados 

Por supuesto que México debe ser un país productivo, y hasta podría ser justificable el incremento a la gasolina, en general a los hidrocarburos y otros servicios, pero no es posible que sea administrado y menos gobernado como negocio por parte de la clase política.

Hay entre la clase política actual una gran confusión – y esto es un problema de formación académica-, entre lo que es administrar gerencialmente un negocio y dirigir gobernando un país, esto último exige de sentido político, económico con sentido social y esto no tiene nada que ver con populismos o geometría política.

Las autoridades han comenzado a expresar comentarios para justificar los aumentos, como el de: “Es por el futuro de nuestros hijos y nuestros nietos” o “la inflación se mantendrá”, estas declaraciones más que apaciguar enardecen a la población, hay que recordar a nuestros gobernantes la cita de John Maynard Keynes.

La justificación de la SHCP del aumento, es que se trata de un tema de mercado: “Transitar del precio único al precio máximo oscilante por los costos logísticos de Petróleos Mexicanos”, y sin duda alguna puede ser cierto, sin embargo, las expresiones son reflejo de la falta de conocimiento, sensibilidad y habilidad para gobernar. Recordemos a Maria Antonieta, durante la revolución francesa, cuando le expresan que el pueblo tiene hambre, y según se cuenta, ella contesta: “Pues que coman pastel”, ya que ella consumía considerable cantidad de pasteles.

Las crisis de hidrocarburos y la caída de un gobierno

Roberto Zamarripa, en su columna en el periódico Reforma titulada “Ira” hace una cita por demás interesante: “Entonces su bondadosa majestad, con el objeto de aquietar los ánimos y dar un motivo de alegría, ordena retirar el aumento del precio de la gasolina. Pero la medida cae en el vacío; ¡la calle no quiere clamarse”. Libro “El Emperador” de Rysard Kapuscinski.

3 claves de la comunicación política

En un gobierno democrático hay varias claves para una comunicación política poderosa, eficaz y con calidad, que realmente mueva a la Nación, nosotros señalamos 3.

Reflexión

La comunicación política representa uno de los ejercicios que debe proyectar la libertad del ser humano, ya que está basada en la necesidad y el derecho a comunicar y estar comunicado, siendo base del desarrollo personal y social.

Y es aquí donde los expertos en comunicación política pueden coadyuvar al buen gobierno y su relación con la sociedad, a través de sus estrategias, tácticas de difusión, pero principalmente con una filosofía de comunicación política honesta y con sentido humano, el gasolinazo no es que no se justifique, sino que hay una enorme falta de visión global de país, y de empatía en la forma de comunicar, además no hay corresponsabilidad por parte de la clase política.

Esperamos sinceramente que la autoridad al levantarse después del “nockout” y del tradicional conteo, sea para rectificar y conducir con probidad y sensibilidad social a la Nación, la cual está harta de corrupción, impunidad, cinismo, lo cual se refleja en esta incompresible decisión de ahorcar a la sociedad. Comunicación no solamente es expresarse, es también ser congruente, de esta forma se evitará un “nockout” fulminante por parte de la sociedad civil en México y en cualquier lugar del mundo.