Los programas de lealtad son estrategias de mercadotecnia que ofrecen atractivos incentivos al consumidor para ser fieles a una marca, pero que si no se implementan de la manera adecuada o no son lo suficientemente atractivos, pueden tener el efecto contrario.
En definitiva son uno de los recursos más efectivos -si se ejecutan adecuadamente- para mantenerse vigentes en mundo en el que los públicos están expuestos a diversos estímulos que buscan captar su intención de compra. Tan es así que el 44 por ciento de los mercadólogos invertirá parte de su presupuesto en este tipo de programas, según una encuesta a 234 profesionales de marketing de Estados Unidos, realizada por CrowdTwist y Brand Innovators.
Uno de los retos cuando se implementan este tipo de programas es el resguardo de los datos personales de los clientes que acceden a formar parte de ellos. Si bien, aún se dan los casos donde se registran de forma física, actualmente la mayoría de bases de datos son digitales y almacenadas en la nube.
Esto supone riesgos, particularmente trafico de la información o hackeos. Durante los últimos años un gran número de plataformas web alrededor del mundo han sido víctimas de piratas informáticos, los casos de Yahoo y LinkedIn son algunos de los casos más sonados.
Pero, en cuanto a programas de lealtad ¿a los clientes les preocupa su seguridad al incorporarse a uno? Datos del Departamento de Investigación de Merca2.0 indican que la seguridad no es una de las mayores preocupaciones de las personas, ya que el 68.5 por ciento de las mujeres, así como el 62.2 por ciento de los hombres afirman que confían en la compañía o marca que conserva dicha información.
Aún más, de acuerdo con el estudio ‘Programas de Lealtad’, que contó con la participación de 1,005 personas, para el 22.2 por ciento de las consultadas del género femenino, al igual que el 16.2 por ciento del género masculino, no hay posibilidad de que sus datos puedan ser robados.
Mientras que, el 9.3 por ciento de las mujeres y el 21.6 por ciento de los hombres piensan que las marcas ni siquiera conservan dicha información.