Casi un 25 por ciento de los usuarios a nivel mundial señalan que son grandes usuarios únicos de la banca online, según datos de Nielsen, mientras que un 45 por ciento de los que lo hacen en algunas ocasiones, tienen motivos que podrían convencerles más que otros para pasarse al primer grupo.
En el grupo de usuarios ocasiones, un 43 por ciento ha señalado que estarían muy dispuestos a ser usuarios exclusivos de la banca móvil, si en este formato, las comisiones para la compra de productos de inversión fuesen menores o no existiesen, mientras que un 48 por ciento estaría bastante dispuesto por la misma razón.
A este aspecto, le siguen los descuentos en actividades de estilo de vida (como por ejemplo, entradas a espectáculos o cine) según un 42 por ciento muy dispuesto y un 49 por ciento bastante dispuesto.
Una tercera razón sería un mayor pago de intereses en las cuentas de ahorro, con un 42 por ciento y un 45 por ciento respectivamente, seguido de mayor rapidez en ciertas transacciones con 39 por ciento y 53 por ciento respectivamente y menor tasa de interés en los préstamos con 32 por ciento y 51 por ciento respectivamente.
Por regiones, el éxito de la banca online puede que sea mayor en la región de Asia-Pacífico (APAC), donde un 34 por ciento señala estar muy dispuesto a usar de forma exclusiva la banca online, frente al 19 por ciento obtenido en América del Norte y al 17 por ciento de Europa. Un cifra que muestra que esta tendencia está por encima de la media en la primera región donde los habitantes de los mayores países son usuarios frecuentes de las apps y sites de los bancos para realizar sus transacciones.
Así mismo, otro de los patrones que se distinguen en el reporte es el de una mayor frecuencia de uso de la banca móvil y los pagos entre los millennials (21 a 34 años), lo que puede no resultar una sorpresa toda vez que se trata de usuarios acostumbrados a los smartphones y que llevan a cabo este tipo de operaciones con mayor frecuencia incluso que la generación Z; esto último, puede que tenga su razón en el hecho de que los usuarios de 15 a 20 años no tienen tanto acceso o manejo de cuentas bancarias como los millennials.