Pedigree logró que una de sus campañas alcanzara más de dos millones 371 mil visualizaciones, usando como estrategia creativa un perro.
Se trata de la campaña A vote for good donde la marca de comida para mascotas recurrió a un experimento social, en el que una mujer fingía buscar al dueño de un supuesto can perdido entre seguidores de Trump, con quienes llevaba una playera de Clinton y viceversa.
El hecho logró más de dos millones 371 mil reproducciones en YouTube, lo que obtuvo un reconocimiento de marca al implementar una estrategia de timing y un discurso donde la comunicación fue emocional, al recurrir a un perro como forma de conversar con el consumidor.
Los experimentos sociales funcionan en mercadotecnia como activaciones donde la marca se convierte en una fuente de información al permitir medir a la marca, las reacciones emocionales, por ejemplo, que se tiene ante un producto o servicio.
En el caso de Pedigree además de sumar su marca a la conversación entre consumidores como parte de la tendencia Elecciones 2016, también generó cultura política al promover la realización de acciones positivas en beneficio de los demás.
Este tipo de recursos convierten a la marca en un importante generador de brand content, donde la viralidad juega a su favor.
Ejemplo de lo anterior ocurrió con Always y su campaña #LikeAGirl, con la que logró sumar más de 62 millones 716 mil reproducciones al mostrar los resultados de un experimento social, en el que pedía a mujeres de distintas edades que actuaran como una chica.