Hay acontecimientos culturales, deportivos, musicales y de múltiples ámbitos cuya envergadura propicia que existan eventos más pequeños alrededor de ellos, los cuáles, si se aplica una adecuada estrategia de mercadotecnia, pueden ser un escaparate perfecto para ligar a nuestra empresa con las grandes marcas.
Como ejemplo podemos nombrar al Gran Premio de México de la Fórmula 1, un magno encuentro deportivo que para la segunda edición de su nueva era en México logró mantener el interés del público y este año congregó a 165 mil asistentes, que en su mayoría pertenecen al nivel más alto de la pirámide poblacional.
El año pasado, la Fórmula 1 reconoció a la edición mexicana del GP como la mejor del mundo y es muy probable que este año repita el reconocimiento, que se le ha dado no propiamente por la calidad de la competencia automovilística, sino por su organización como evento.
Como era de esperarse, alrededor de este acontecimiento surgieron otros de menor magnitud y número de asistentes, pero de calidad similar; es el caso del F1 Fanzone México, el festival urbano oficial de la Fórmula 1 que se desarrolló a la par del Gran Premio. El evento ha sido diseñado con el objetivo de acercar a las familias mexicanas a la experiencia que brinda el automovilismo, a través de múltiples actividades en torno a este deporte, pero a precio accesibles.
La F1 Fanzone México significó una perfecta oportunidad para que los casi 40 mil asistentes al festival ligaran a las marcas patrocinadoras con la máxima categoría del automovilismo, aun cuando se trataba de una actividad alterna.
El reto ante la oportunidad de destacar como marca en una organización como el Gran Premio y su Fanzone se presenta cuando es necesario crear estrategias que realmente convenzan a un público enteramente saturado de información visual que invita a preferir un producto o servicio sobre los demás.
No basta con asociar nuestra marca a otras de gran prestigio y reconocimiento, es necesario demostrar pericia para destacar ante un bombardeo constante de información por varias vías y en diferentes niveles.
La oportunidad que presentan los eventos masivos de enorme calidad como el Gran Premio de México es tal que no sólo se ofrece una ventana para diferentes públicos, que van desde los niveles A y B hasta un C. No existen límites cuando buscamos explotar nuestra marca al máximo y lograr realmente que se asocie con otras firmas de gran envergadura.
Sin embargo, es mandatorio deshacernos de las ofertas publicitarias de siempre y buscar la manera de innovar ante un público cada vez más difícil de convencer.
A pesar de que las nuevas tecnologías parecieran invadir el mundo de la publicidad y la mercadotecnia para imponer sus esquemas, siempre existirá la opción de promocionarnos en eventos masivos de alta calidad. De nosotros depende aprovechar esa oportunidad, destacarnos frente a un mar de anunciantes y no desperdiciar nuestro presupuesto con estrategias añejas que poco o nada aportan a la realidad moderna.