Wells Fargo es una entidad financiera que generó polémica luego de que se supiera que tenía un laxo control en la emisiones de plásticos.
Lo anterior comenzó a ser tendencia tras conocerse que el banco entregaba tarjetas de crédito a usuarios sin su consentimiento, comportamiento originado por la presión en los empleados en llegar a las metas planteadas. Ahora el banco usó este error como estrategia creativa de su nueva campaña.
La campaña Wells Fargo Commitment Campaign hace uso de un mensaje donde se lee: “haciendo cambios para hacer las cosas bien”.
Ente los mensajes usados en la campaña están tres objetivos entre ellos: “eliminar las metas en productos”, “confirmación proactiva de nuevas cuentas” y reembolso a quienes se vieron afectados”.
Esta estrategia, donde la marca tiene que trabajar una nueva relación con el consumidor a partir de aceptar sus errores, es parecida a lo que ocurrió con marcas como Volkswagen, que el día de hoy enfrentará una condena impuesta por un juez federal de Estados Unidos, quien se lanzó en contra de la automotriz alemana, luego del conocido escándalo llamado dieselgate, en el que trascendió la alteración que hizo en las computadoras de los automóviles diesel para que estos reportaran cifras falsas sobre la emisión de contaminantes.
Como parte de la orden emitida por el juez, la compañía está obligada a comprar los autos de los clientes que lo adquirieron, pagar por la modificación y además recibir una compensación por el automóvil.