La aparición oficial del iPhone 7 confirmó la desaparición del puerto análogo de audífonos, es decir, el jack de 3.5 mm, lo cual resulta relevante debido a que es la marca más influyente en la industria, por lo que de ahora en adelante podría convertirse en una constante (sin olvidar que marcas como Moto by Lenovo ya lo habían implementado). Sin embargo, queda la interrogante de ¿por qué las empresas están interesadas en que los usuarios se pasen a los audífonos inalámbricos?
La respuesta más visible es que se busca generar un impulso para la venta de audífonos, creando la necesidad de adquirir modelos más recientes para aquellos que ya cuentan con auriculares. Sin embargo, el uso de DRM también parece asomarse como una de las consecuencias de abandonar el uso del puerto análogo de 3.5 mm.
El DRM es el uso de licencias digitales para proteger el copyright, lo cual si bien pudiera ser un fin justificado, también representa distintos tipos de limitantes para los usuarios, ya que la protección DRM puede revocar la licencia de uso para cualquier contenido (música, video, software, videojuegos, etc) en cuanto la compañía lo crea conveniente.
No obstante, la revocación de licencia por DRM puede también ser provocada por errores, como sucedió a finales de 2015 para Apple, quien por medio de un bug de su tienda de aplicaciones dejó inservibles las compras de cientos de usuarios.
Con el inminente empoderamiento de los audífonos inteligentes y el uso de conexiones digitales para audio, es inminente la aplicación de restricciones de DRM en cuestión de audio y uso de audífonos, lo cual brinda un mayor control a las compañías sobre el tipo de contenido y la fuente de dónde se adquirió. Asimismo, permitiría el licenciamiento de accesorios originales, algo en lo que el iPhone ha sido pionero, y lo cual impediría el uso de audífonos no autorizados.