La publicidad engañosa es una estrategia que busca sacar ventaja de un producto o servicio sobre los competidores. Se trata de una practica tan recurrente que este año la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) registró alrededor de 861 quejas relacionadas con esto, –de las cuales 252 provienen de compañías retail– lo cual equivale a un millón 636 mil pesos recuperados al resolver 650 de ellas.
Entre las practicas consideradas como publicidad engañosa están por lo menos las siguientes tres:
UNO. Cuando las empresas utilizan expresiones ambiguas en sus mensajes dirigidos al mercado, palabras desconocidas o que se pueden mal interpretar y hacer que un consumidor compre o adquiera un producto o servicio por dicha mal interpretación.
DOS. Omitir información importante o de plano ocultarla con el objetivo de que el consumidor no se entere de cláusulas o costos extra que los lleve a alejarse del producto, sino que aparente ser menos para atraer al público. En este sentido, también se considera timo que las notas extra aparezcan en un tamaño o letra poco legibles o demasiado rápido para que el cliente no las vea, las llamadas “letras chiquitas”.
TRES. Provocar una compra rápida para que el consumidor actúe por impulso y no se fije en detalles importantes o defectos que en una compra sin presión lo haría.
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