Cuando los antiguos pobladores de la tierra descubrieron su capacidad de utilizar los materiales que tenían a la mano para fabricar muros, puentes, faros, murallas, torres, caminos y demás elementos que les facilitarían la vida, no sabían que eran percusores de uno de los oficios responsables de transformar al mundo: la ingeniería.
El hombre comenzó a crear este tipo de infraestructura cuando se convirtió en sedentario, cerca del año 8000 a.C, pero no fue hasta mediados de 1700 cuando la ingeniería comenzó a impartirse en la enseñanza universitaria.
El ejemplo de la ingeniería es una de las artes y técnicas que se incubaron de una forma empírica para convertirse posteriormente en una profesión en forma. Ejemplo similar es el de la apasionante profesión de la planeación de eventos.
La consolidación académica de la organización de eventos es claro resultado de la interesante evolución de esta disciplina y como tal, del sector; transformación que a diferencia de otras profesiones más antiguas, sólo le bastaron unas décadas para convertirse de oficio a profesión.
Hoy en día ha nacido un gran interés entre los futuros profesionistas por ganarse la vida fungiendo como directores de una orquesta cuya misión es tener a punto los elementos que conformarán una experiencia formidable para todos los involucrados.
La carrera del organizador de eventos de reuniones, escalada a nivel licenciatura y maestría, se incluye como oferta académica en diversas instituciones de nivel superior bajo nombres como producción y organización de eventos, administración de congresos, gestión y producción de eventos, dirección de empresas de entretenimiento, entre otros.
Y es que ha sido tal el crecimiento, la demanda y una mayor creatividad que día con día se imprime a todos los tipos de reuniones, que la academia consideró que este arte es tan rico y diverso que ahora es preciso que sean profesionales egresados de sus aulas los que se especialicen en crear eventos.
Como toda industria, la de reuniones y convenciones no ha sido ajena a la sacudida que ha traído consigo la era digital, pero a diferencia de otros sectores, no sólo ha sabido sobrevivir, sino que se ha fortalecido. La inclusión de la organización de eventos en las universidades es parte de la profesionalización de esta industria que ha conseguido adaptarse asertivamente a las formas en que hoy consumimos información.
Atrás quedaron los eventos en los que la comunicación era unidireccional y los asistentes a las reuniones y convenciones sólo jugaban el papel de oyentes. La realidad actual es que los eventos son cada vez más interactivos, multimedia, con mayores oportunidades de relacionamiento entre invitados, organizadores y patrocinadores, y, por lo tanto, con resultados más satisfactorios que nunca. Esto sólo se puede lograr si los eventos son forjados con la exigencia de un profesionista con bases académicas sólidas y efectivas. Esa es, hoy por hoy, la prometedora realidad de la industria de reuniones.